Presencia de inmigrantes
Antofagasta se ha consolidado como un polo de atracción para personas de todo el mundo, especialmente latinoamericanos; ya es una marca de la zona. En una década hemos visto el importante avance de un segmento que sufre con los prejuicios de una parte importante de la población. Que ellos formalicen su vida es bueno para todos.
Antofagasta es fruto de la inmigración. ¿Quién podría negarlo? Desde ese punto de vista, que suma un componente ético, debemos tener flexibilidad y tolerancia frente a la nueva realidad, propia del mundo interconectado de hoy.
Y vale la pena recordar que los inmigrantes en los países en desarrollo no sólo contribuyen a sus economías, sino que además tienen un impacto "insignificante" en la distorsión del mercado laboral. Así lo precisó un informe realizado por la Ocde y la OIT, hecho en 2017; otro informe de la UCN también expresó el aporte de los extranjeros en la sociedad local.
Recientemente el Departamento de Migración y Extranjería del Ministerio del Interior (DEM), en conjunto con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), entregaron un informe sobre el flujo migratorio registrado en Chile hasta diciembre de 2019.
En el informe tanto la región como la comuna de Antofagasta se ubicaron entre las zonas del país que concentran la mayor población de migrantes. Entre estos resultados se observa que en Chile ya hay un total de 1.492.522 personas extranjeras y unos 100.122 extranjeros residentes en la Región de Antofagasta (2019). Esta cifra representa un aumento de 10.570 personas y un alza relativa de 11,8% respecto a lo calculado en 2018 (89.552 personas).
Nuestra zona solo es superada solo por las regiones Metropolitana y de Valparaíso.
En tanto a nivel comunal, la capital regional se consolidó en el segundo lugar en el país con 60.232 personas inmigrantes tras Santiago (220.881). Calama por su parte, reportó 30.127 personas extranjeras viviendo en la comuna, 2.379 más que en 2018.
En cuanto a la procedencia, el colectivo de Bolivia es el principal en la región, con 37,6%; seguido por el de Colombia, con 29,1%. Ambas nacionalidades bajaron en términos porcentuales en 2019, debido al aumento de personas procedentes de Venezuela, que pasó de 5,4% del total en 2018 a 8,7% en 2019.
Este es parte de otro de los fenómenos de los tiempos; el desafío es mejorar la convivencia y potenciar su desarrollo. El territorio gana con esta heterogeneidad y riqueza cultural.