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Del 21 de marzo al 19 de abril.

El Atacama ajeno

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Por el encierro obligado, dada la amenaza de un enemigo invisible, creo haber hecho -a comienzos de marzo- uno de mis últimos periplos por el inmenso Atacama, que me honro en conocer más o menos bien.

A los septuagenarios se nos vienen días inciertos. Pero también me saltan otros temores, luego de ver lo que ocurre con el desierto. Con esta pampa, cada día más ajena. Con estos andurriales, cada vez menos permitidos. Se nos niega lo que es nuestro. Por allí barreras que nos impiden salir del camino. Por allá, alambradas que niegan el paso. Por todos lados, cierros, rejas, zanjas que impiden continuar… Veo que las inmensidades del ayer hoy son áreas restringidas, vedadas.

Pensándolo bien, nuestros soldados ganaron estos desiertos ofreciendo sus generosas vidas. Y lo hicieron por Chile… Pero este Atacama de hoy es una soberana "repartija" de hectáreas más o hectáreas menos. Solo el tricolor -que flamea al viento sempiterno- nos señala que estos territorios pertenecen a Chile. O más bien, a un segmento "acomodado" de nuestro país.

¡Cómo nos cuesta ahora ir a visitar las salitreras abandonadas…! Hallar caminos sin señalización; buscar senderos; eludir zanjas; esquivar terraplenes. Y cuando logras sortear todos los obstáculos, una alambrada se opone a tus afanes. Lo reafirma un letrero que informa de una propiedad privada y advierte un "No pasar". Con suerte, uno puede hallarse con una camioneta roja, tripulada por unos señores de casco que -con un equipo de radio- informan la "presencia de intrusos" y un severo "no se puede ingresar, esta es una faena minera".

Entonces, cabe la pregunta: ¿Y cómo se puede hacer turismo en el desierto más árido del mundo, si hay cercos, alambradas, terraplenes y zanjas que impiden visitar lugares que tienen un épico pasado salitrero? ¿Cómo podemos llevar a nuestros nietos a conocer la oficina donde trabajaron nuestros abuelos, si las prohibiciones, las restricciones y las dificultades son supremas?

¿O es que tenemos que conocer el desierto -que suponemos nos pertenece- "mirándolo de lejos"?

Jaime N. Alvarado García