Coronavirus y salud mental
El miedo, el estrés y la angustia se propagan tan rápido como el virus, y los sistemas de salud deben tener respuesta a esta urgente y nueva demanda. Es necesario fortalecer y ampliar los programa de apoyo sicológico, sumar profesionales y tecnología, hacer alianzas, mejorar procedimientos y difundir prácticas saludables en la población.
La pandemia de coronavirus que hace ya tres meses afecta al mundo ha puesto a la sociedad frente a desafíos en múltiples dimensiones, algunos evidentes como gigantescas montañas en el horizonte, y otros menos visibles, pero igualmente colosales, como el virus mismo.
La salud mental es sin duda uno de estos últimos.
El confinamiento, forzado o voluntario, las restricciones de movimiento y el miedo natural que nos infunde el riesgo de ser "contagiado" con una enfermedad desconocida, han alterado nuestra vida y nuestras formas de relacionarnos a extremos que nunca imaginamos, generando estrés, angustia y un estado de alerta permanente frente una amenaza que, como pocas, parece acecharlos en cada rincón.
La Organización Mundial de la Salud puso hace unos días el tema en la mesa, al advertir que el impacto sicológico de la pandemia representa un aspecto que los estados y sus sistemas de salud, no deben pasar por alto.
Al contrario -dijo la OMS- se requerirán esfuerzos muy importantes e inmediatos para ayudar a una gran cantidad de personas a sobrellevar este periodo, sobre todo en los colectivos de mayor riesgo, donde está el personal que trabaja en salud, a los adultos mayores, los niños y quienes arrastran trastornos anteriores.
En efecto, la salud mental es un aspecto que requiere atención urgente. Lo era antes de la llegada del coronavirus, y lo es mucho más ahora, que millones de personas sienten miedo y desprotección por el irrefrenable avance de la enfermedad.
Así, surge la urgencia de fortalecer y ampliar los programa de apoyo en este campo, sumar profesionales y tecnología, hacer alianzas, mejorar procedimientos para tramitación de licencias médicas y difundir prácticas saludables en la población. En resumen, asumir que como país debemos prepararnos no sólo para sanar cuerpos, también mentes y almas.
La Mesa Social por el COVID-19, que integra el gobierno, colegios profesionales, universidades y expertos, está preparando medidas en este campo, las cuales pronto se anunciarán. Las expectativas son altas, porque así lo demanda esta pandemia.