El recordado y triste episodio de los funcionarios municipales que quemaron un panel de abejas motivó a David González a emprender un inédito proyecto en Antofagasta: dar vida al primer centro apicultor de la región.
Exalumno del colegio San Luis, González dejó en 2007 su trabajo en la gran minería para trasladarse a la región de O'Higgins donde se asoció a un veterinario y consultor del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) para iniciarse en el "fascinante mundo de la apicultura".
De vuelta en Antofagasta, en 2018 vio con tristeza el episodio de la quema del panal.
"Me partió el corazón solo suponer que ese tipo de manejos se podían repetir. Ofrecí mis servicios en la municipalidad e intendencia, pero nadie se interesó realmente. Fue así como me acerqué a conversar con Juan Rojas -jefe del vivero de la Universidad de Antofagasta-, a quien sí le interesó", cuenta.
Finalmente la UA autorizó el uso de esas dependencias para iniciar las actividades apícolas, conscientes del rol fundamental de las abejas en el ecosistema: de los polinizadores depende la reproducción de varias especies botánicas.
Producción
Para partir, González compró un par de colmenas en el sur y las instaló en el vivero de la universidad.
"La población ya la multiplicamos. Hoy tenemos cinco colmenas y pronto les sumaremos alzas, lo que significa duplicar la población. En forma muy optimista, creo que en abril podríamos obtener la primera producción de miel orgánica, pero de manera muy acotada", adelantó.
González confesó que -por tratarse de una actividad inédita en la zona-, la puesta en marcha ha resultado compleja. "Ha implicado gastos que han corrido por nuestra parte, pero sería maravilloso poder optar a algún tipo de fondo para especializarnos, compartir la disciplina, hacer una buena mantención de insumos y equipos necesarios para la actividad", cerró.
Patricio Morales, director de Instituto Antofagasta (IA) del cual depende el vivero, explicó que el objetivo de este proyecto es realizar algunos estudios preliminares en torno a la adaptación de las abejas en esta zona del país.
"Además de estos estudios, queremos hacer divulgación de esta actividad. Queremos que más gente aprenda las técnicas de la apicultura con la idea que luego desarrollen sus propias experiencias", dijo.
Recordó que la subsistencia de las abejas está en constate peligro debido al cambio climático y otros eventos como los incendios forestales.
Además, Morales detalló que en una segunda etapa del proyecto "tenemos pensado llevarlas al interior de la región, a las comunidades, porque no hay muchas experiencias -quizás contadas con los dedos de una mano- en torno a su adaptación de estos ambientes", comentó.
Agregó que en los oasis de la zona precordillerana pueden encontrar un buen hábitat. "Ellas necesitan el polen para alimentarse y ahí lo podrían encontrar. Pero tenemos que estudiar como se adaptan a la altura", concluyó.
5 colmenas tiene actualmente este proyecto. Se espera duplicar la población en un breve plazo.