Redacción
La observación detenida permitió a Edward Jenner crear la primera vacuna.
Corría el año 1796, cuando el médico rural inglés vio cómo las recolectoras de leche eran inmunes a la viruela humana, a pesar de estar en contacto con ganado afectado por un tipo de viruela vacuna. La clave es que se trataba de una variante menos nefasta que la viruela humana y, por tanto, podía ofrecer una alternativa al mal.
Con ello en mente, Jenner tomó una muestra de viruela vacuna de la granjera Sarah Nelmes y se la inyectó a James Phipps, un niño de ocho años, quien en principio enfermó, pero a las 48 horas se recuperó totalmente y, entonces, quedó inmunizado ante la viruela humana, tal y como sucedía con las granjeras.
"El 14 de mayo de 1796 se la inyecté al niño a través de dos cortes superficiales en el brazo, cada uno de los cuales tenía la anchura de un pulgar" escribió por entonces aquel facultativo. Así nació una técnica que ya supera los dos siglos de compañía a la humanidad.
El contexto
El Instituto de Salud Pública de Chile produjo vacunas hasta el año 2002, pero el gobierno de entonces decidió el fin de ese objetivo y desde entonces, Chile importa todos los inmunizadores.
Y es un negocio enorme. En 2015, el servicio público compró unos US$56 millones en estos medicamentos, sin considerar lo que adquirieron los laboratorios y clínicas privadas. Pero lo más delicado es que el país depende totalmente de la disponibilidad de los productores mundiales de vacunas para enfrentar, por ejemplo, una pandemia.
La oportunidad de revertir tal realidad está a la mano y tiene a Antofagasta como protagonista.
Hace unos días fueron presentados los detalles de este innovador proyecto para la región por Margarita Lay, doctora en Virología Molecular y Microbiología de Baylor College of Medicine y académica de la Universidad de Antofagasta.
El ambicioso plan considera el diseño de un Centro nacional de manufactura de vacunas y la instauración del Laboratorio de Vacunas del Desierto de Atacama (Atacama Desert Vaccine Laboratory), lo cual será financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) de Antofagasta, el aporte de la UA y la colaboración del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia.
Necesidad del país
La Dra. Margarita Lay sostuvo que el proyecto es una obvia necesidad para el país y que Antofagasta ofrece las condiciones para gestar un enclave de desarrollo tecnológico de este tipo.
En la actualidad, están en pleno desarrollo de la investigación de una vacuna para el norovirus (que produce diarrea) y que afecta a casi uno de cada tres menores de cinco años en la Región de Antofagasta, casi diez veces más que en la Región Metropolitana.
Sólo por este virus, a nivel mundial, cada año se registran casi 700 millones de casos de gastroenteritis agudas, unas 200 mil muertes, especialmente niños pequeños y personas de la tercera edad, y se registran más de 60 billones de dólares en pérdidas económicas. Crear un antídoto sería una enorme oportunidad económica.
"Lo primero que tuvimos que hacer fue detectar el patógeno que está causando este problema. Así identificamos el norovirus, y las variantes que están circulando. Esto es esencial para determinar la secuencia genética del patógeno y así poder incorporarlo al diseño de la vacuna", explicó la también académica del Departamento de Biotecnología de la UA, donde se encuentran los laboratorios.
En su opinión, las vacunas son la solución para este mal y otros como el virus respiratorio sincicial. "Por eso se necesita la creación del Atacama Desert Vaccine Laboratory", explicó.
El aporte aprobado por el Gobierno regional y el Core, permitirá la implementación del Atacama Desert Vaccine Laboratory para desarrollar vacunas que se ubicará en un terreno entregado por la UA en el campus Coloso. Además, con este proyecto, se diseñará una planta de manufactura de vacunas, siendo la primera en el país después del año 2002, que contribuirá a la diversificación de la matriz económica de la región. Paralelamente, se harán todos los esfuerzos para conseguir más aportes del sector público, como también de empresas del rubro que estén interesadas en invertir en la iniciativa.
La definición de qué vacunas podrían producirse será tomada con los resultados obtenidos en los procesos en curso del proyecto, el cual tiene un horizonte de 3 años y medio para ser ejecutado.
Luego de ello, se requerirá una inversión de millones de dólares para la construcción de la planta de manufactura de vacunas en la Región de Antofagasta, con los más altos estándares de calidad que incluye las buenas prácticas de manufactura (sigla GMP, en inglés), apunta Lay. En Sudamérica, Brasil y Argentina, son los únicos países que producen tales productos farmacéuticos.
Ya en ese plano, la idea es generar productos de desarrollo local y adquirir las licencias a empresas internacionales productoras de vacunas, destacó la académica.
1796 se creó la primera vacuna contra la viruela. En 1879: Primera vacuna para la diarrea crónica intestinal grave y en 1881, la primera para el
1749 nació en Inglaterra ántrax.
2002 fue el año que el país Edward Jenner, el llamado "padre de la inmunología". Se dice que su trabajo "ha salvado más vidas que el trabajo de cualquier otro hombre".