La última semana estuvo marcada por una serie de femicidios en el país, uno de ellos ocurrido en Antofagasta y que tuvo como víctima a una joven profesora y madre de dos niños.
La violencia extrema ejercida por el hombre contra la mujer es un problema transversal en los diferentes estratos sociales y aún es algo difícil de erradicar, pese a los innumerables esfuerzos realizados sobre el tema.
Quizás el caso más impactante fue el sucedido a la joven colombiana Juliana Acevedo (21 años), cuyo cuerpo fue descuartizado por su pareja y lanzado por partes al río Mapocho. Sólo sus tatuajes y la manicure en sus pies permitieron identificarla.
Según las estadísticas del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), en 2015 ocurrieron 45 femicidios, 40 en 2014 y la misma cifra en 2013, mientras que en los primeros tres meses del año ya van 10 casos. Todas estas mujeres murieron a manos de sus parejas o maridos con una violencia inusitada.
Muchos dicen que la celopatía, la incomprensión, las carencias afectivas, la falta de cultura y la violencia se conjugan en la génesis de un problema inaceptable. Primero, aparece como una agresión sicológica, para luego dar paso a los golpes y terminar en hechos tan lamentables como los descritos.
Independiente que en nuestro país este delito sea castigado con condenas que pueden ir de 15 años y un día de cárcel hasta el presidio perpetuo calificado (40 años), estos crímenes dejan familias mutiladas por el dolor y con consecuencia difíciles de imaginar para el círculo cercano de las víctimas, en especial para los hijos.
Otro dato interesante es que un bajo porcentaje de las víctimas denuncia la violencia en su contra, en gran medida porque dependen económica y emocionalmente de su pareja y por el miedo a represalias, lo que torna aún más complejo el asunto.
Los femicidios son una triste señal que la violencia contra la mujer es una realidad presente en nuestra sociedad, que necesita en forma urgente ser atacada con educación y respeto. Y esto va desde la niñez en ambos sexos, por lo que se requiere mucha educación.