Energías renovables
El camino hacia una matriz energética completamente limpia aún requiere esfuerzos sostenidos, innovación y compromiso para enfrentar los desafíos. La combinación de recursos naturales favorables, junto con un marco regulatorio que incentiva la inversión privada, ha sido clave.
Chile ha alcanzado un hito significativo en su matriz energética: en 2024, las energías renovables no convencionales (ERNC) representaron el 40% de la generación total, según el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN). Este avance refleja el compromiso del país con la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
Las principales contribuciones provinieron de la energía solar, que aportó un 22% al total, y la eólica, con un 13%. Este crecimiento es notable si consideramos que en 2023 las ERNC constituían el 37% de la matriz energética, lo que evidencia un progreso constante en la adopción de tecnologías limpias.
Este logro no solo posiciona a Chile como líder regional en energías renovables, sino que también demuestra la viabilidad de una transición energética ambiciosa. La diversificación de la matriz energética reduce la dependencia de combustibles fósiles, disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalece la seguridad energética del país.
Sin embargo, este avance también plantea desafíos que deben ser abordados para consolidar y expandir el uso de ERNC. La integración de estas fuentes variables en la red eléctrica requiere mejoras en infraestructura, como la expansión de líneas de transmisión y la implementación de sistemas de almacenamiento de energía eficientes.
No obstante, es crucial mantener el impulso y no caer en la complacencia.
Este es un testimonio del potencial que tienen las políticas públicas bien diseñadas y la colaboración entre el sector público y privado para impulsar un desarrollo sostenible.