FF.AA. y mayor seguridad en el país
Se ha planteado que los uniformados se sumen al combate de la criminalidad, pero esa decisión requiere mucho más que un mandato presidencial. La detención de criminales plantea desafíos, pues no se ha establecido un marco claro para la actuación de los militares en estas circunstancias.
La seguridad ha ocupado un lugar central en la agenda nacional durante varios meses, y recientemente ha surgido un intenso debate sobre si las Fuerzas Armadas deberían involucrarse en la lucha contra la creciente criminalidad.
Numerosos alcaldes han instado al Gobierno a "sacar a los militares a las calles" para que actúen como agentes de protección para la población.
Según la reciente encuesta Cadem, la mayoría de los chilenos respaldan un papel más activo de las Fuerzas Armadas en este combate: un 83% está de acuerdo con que protejan la infraestructura crítica, un 89% con que ayuden a combatir el narcotráfico y un 80% con que participen en labores de seguridad ciudadana.
Sin embargo, surge la complicación de que, aparte de la protección de infraestructura crítica, las Fuerzas Armadas no están capacitadas para enfrentar a bandas criminales o narcotraficantes. Su entrenamiento está orientado hacia el enfrentamiento en escenarios de guerra, no hacia el control civil. Este dilema ha generado reticencia por parte del alto mando militar, ya que no desean ver a sus efectivos enfrentando situaciones legales complejas relacionadas con los derechos humanos.
Además, la detención de criminales plantea desafíos, pues no se ha establecido un marco claro para la actuación de los militares en estas circunstancias.
Una alternativa más viable podría ser el fortalecimiento de las actuales fuerzas policiales mediante mayor dotación de personal, tecnología avanzada y mejor coordinación en la persecución del crimen.
No obstante, es imperativo tomar medidas que brinden mayor seguridad a la población, ya sea mediante la participación de las Fuerzas Armadas con un marco legal claro y una preparación adecuada, o mediante la mejora de las capacidades de las fuerzas policiales existentes.