Una triste historia de acción sin reacción
Joaquín Barañao , Fundación Pivotes, Dagoberto Tilleria V, Consejero Regional Antofagasta
Érase una vez un elemento químico de número atómico tres. Dado que fue descubierto inserto en minerales los antiguos griegos lo llamaron litio (de lithos, piedra, como en paleolítico o neolítico).
A lo largo de los milenios los servicios de nuestro héroes fueron apenas requeridos. Por ahí algunos medicamentos, por ejemplo. John Cade descubrió, si bien como inesperada carambola de un razonamiento errado, que mitiga el desorden bipolar. 7-UP se llama así porque hasta 1948 se vendía como cura para la resaca, con citrato de litio como estabilizador del estado de ánimo.
Esta penumbra productiva comenzó a cambiar a fines del siglo XX cuando tres señores, merecedores del Nobel por su aporte, desarrollaron baterías en base a litio capaces de almacenar más energía por kilogramo que las alternativas. Fue eso y no avances en los motores lo que hizo explotar la electromovilidad. Así, el carbonato de litio pasó de los cerca de 5 dólares por kilogramo del estable y soso mercado pre 2016 a increíbles 84 en lo más álgido del galopante 2022. Hoy anda por los 30,5, que comparado con el carnaval del año pasado puede no subir la bilirrubina, pero sigue siendo el séxtuplo de lo habitual.
Chile tiene las mejores condiciones geológicas del mundo, pero, salvo por un solo salar, nos estamos farreando un periodo de vacas más gordas de lo que creímos posible. El motivo es un bozal que, sin justificación alguna, nos frena desde 1979: la imposibilidad de solicitar concesiones, como ocurre con cualquier otro mineral.
El gobierno presentó su Estrategia Nacional del Litio en abril, pero no caduca el bozal, y, pese a citar dos veces la palabra "urgencia", a cuatro meses no exhibe novedades. En el intertanto, de los 42 proyectos de litio que catastra Liontown Resources, un gran total de ¡cero! se ubican en Chile, el país que, por mero regalo de la Madre Tierra, más iniciativas debiese tener. Vemos con (no tan sana) envidia los 11 proyectos de Argentina, los 9 de China y los 8 de Zimbabwe, alternativas de mayor impacto ambiental por la simple razón de que sus condiciones naturales son menos favorables.
Recién en agosto el gobierno anunció la licitación por $38 millones de una consultoría para diseñar una nueva regulación, confirmación de que el anuncio de abril era más declaración de intenciones que diseño de políticas públicas. Así que son aún muchos los pasos que faltan para recién comenzar a debatir en el Congreso los ineludibles proyectos de ley.
Casi al mismo tiempo, diputados republicanos presentaron una moción para jubilar el mentado bozal de una vez por todas, pero no se ha movido. Por nuestro lado, como Fundación Pivotes presentamos ante el Tribunal para la Libre Competencia una solicitud de expediente de recomendación normativa. Es decir, le solicitamos una propuesta de modificación a la regulación que aplasta al litio. Optó por no inmiscuirse en virtud de las aristas políticas, aun cuando es un dato de la causa que la concreción de toda propuesta normativa debe pasar primero por la instancia de deliberación política por excelencia: el Congreso Nacional.
¿Y mientras tanto? Seguimos desaprovechando una oportunidad gigantesca, y del 66% del litio mundial que producíamos en 2004 daremos cuenta de quizás un 14% a fines de esta década.
Una conversación necesaria
La reciente reunión de Chile Vamos que ha llamado la atención a muchos actores, no es más que una muestra pública de lo que está ocurriendo hace mucho en la derecha en la Región y en Chile, y que no es más que una férrea y unida defensa de la Democracia y de los intereses de nuestro país, especialmente ante un Gobierno errático e indolente ante las necesidades de la gente, que han defraudado platas públicas; que no han ayudado a las personas y que solo muestran que lo único que les importa es su ideología.
Desde siempre, la derecha chilena, y especialmente la UDI, han tenido marcadas diferencias con la izquierda, y hoy más que nunca estamos enfrentando unidos, esas ideas retrógradas y destructivas, que tienen a nuestro país sumido en la pobreza y en la precariedad, con cientos de empresas quebradas y miles de chilenos cesantes, con la salud decayendo día a día y un peor estado aun de la educación.
Esta unidad, que busca por supuesto tomar las riendas de la comuna, de la Región y de Chile, se busca en el entendido que somos nosotros los llamados a corregir este desastre en que se ha sumido Chile, con autoridades avalando por acción o por omisión toda clase de tropelías en contra de nuestra gente. Deseamos, porque no, llevar nuestras ideas de libertad y progreso a las alcaldías de las distintas comunas y a liderar el Gobierno Regional, para que así podamos, primero reconstruir los desastres de este desgobierno y luego poder construir comunas, regiones y un país próspero, que mire con confianza su futuro, y preocupado por las necesidades reales de nuestros ciudadanos. La UDI, lleva adelante un proyecto político que ha entregado progreso a todas las comunas donde lideramos los gobiernos comunales, y esto es evidente al comparar comunas en las que la UDI, tiene alcaldes, pues lidera los indicadores de libertad, seguridad y progreso. Evidente es que las personas desean vivir en las Condes, Providencia o la Florida y huyen de comunas como Recoleta, Valparaíso o Santiago, que hoy en día, son el reflejo de lo que la izquierda hace, inseguridad, suciedad, decadencia y fraudes. Preguntémonos, donde viven los políticos de izquierda que están en el Gobierno y veremos que ni ellos creen en sus ideas.
Unidad férrea, en defensa de nuestras ideas como sector y que, como partido, nos define de derecha, que como claramente dijo nuestro fundador Jaime Guzmán, no responden a ideas ni de centro, ni de centro derecha, sino que claramente a ideas de derecha.
Hoy existe una lucha en contra de la libertad, bienestar y derechos de las personas, que como sector unido, puedo afirmar que daremos en contra de una izquierda que solo vive del pasado e intenta imponer su ideología a un alto costo para los ciudadanos, que ven el día a día con desesperanza ante la inseguridad ciudadana y un gobierno que parece de rodillas ante la delincuencia con autoridades pidiendo a la ciudadanía que no salga este 11 de septiembre a la calle, dejando ver que ni ellos tienen el control para garantizar a los ciudadanos salir de sus casas.