Claramente que la llegada de recursos provenientes de las patentes mineras no ha significado un despegue en las comunas favorecidas con este tributo. Así lo plantea y desarrolla un estudio académico enfocado en medir el impacto de esta asignación directa a los municipios, sobre la hipótesis de que la llegada de estos ingresos denominados "no costos" ha afectado la capacidad de gestión en los gobiernos comunales.

Como fue planteado en nuestras páginas, el resultado del estudio está en directa sintonía con el nuevo impuesto que empezarán a recibir los municipios, tras la aprobación del royalty minero.

A juicio de los expertos se debe apuntar más allá de la justicia territorial y poner énfasis en el buen uso de esos recursos. Una situación que en países más avanzados se ha logrado soslayar aplicando una regla de incentivo. Allí se propone que lo recaudado por los municipios sea doblado con fondos provenientes de este tipo de recaudación tributaria.

Se respeta la justicia territorial, pero se aplica un modelo que no promoverá el letargo y la inacción municipal. Lo que puede ser perjudicial y se terminen utilizando fondos importantes en gastos operacionales y no en proyectos que estén orientados al desarrollo de las ciudades.

La experiencia con las patentes mineras no es buena en ese sentido e intentar que exista un mejor destino debiera ser una tarea prioritaria.

Lo vemos con los fondos regionales, donde existe una importante cantidad de recursos y la participación comunal es escasa. Por no contar con los equipos de profesionales suficientes, pero también por falta de interés en hacerlo.

Las regiones y las comunas necesitan más recursos, pero no es sólo exigir que lleguen, también se requiere saber si serán bien utilizados. En ello aún no hay mucha certeza que así se hará.

Durante el segundo semestre de este año, el Gobierno impulsará "impuestos saludables" para distintos productos, en el marco de la "reforma tributaria saludable" con el objetivo de disminuir la carga de enfermedades asociadas al consumo de sustancias nocivas de la salud y el ambiente y corregir las externalidades negativas.

Con lo anterior, desde el Gobierno precisan que lo que se busca es alcanzar una estructura de impuestos progresivos y alinearlos a mejores prácticas y recomendaciones de organismo internacionales. Así es que se incorporarían tabaco, alcohol, bebidas analcohólicas y aquellos alimentos con etiquetas que anuncian alto contenido de azucares o grasas.

Considerando la necesidad que tiene nuestro país de aumentar sus arcas para así mantener los programas de beneficio alcanzados por y para la ciudadanía. Como representante de los ciudadanos y al igual que como ocurre con otros proyectos de ley, esperamos escuchar los argumentos que va a entregar el Ejecutivo, con el objeto de proponer esta reforma que ha denominado "impuestos saludables".

Lo que importa es estudiar en detalle todo aquello que pueda beneficiar o perjudicar a los chilenos, entonces resulta vital estar disponibles para escuchar la mencionada iniciativa y así saber específicamente qué es lo que se pretende gravar.

Siempre que se habla de impuestos surgen temores y resquemores, debido a que son temáticas que apuntan directamente a nuestro bolsillo y en este contexto es que se entienden las opiniones surgidas desde la ciudadanía, respecto a no querer mayores alzas en el costo de la vida.

Hoy, lo más prudente es que el ejecutivo se concentre en una gran reforma tributaria que permita dar certezas y tranquilidad a los distintos actores de la economía, respecto de cuáles serán las cargas tributarias que se van a imponer.

Lo prioritario es que la ciudadanía conozca y tome conciencia de este debate, que se mantenga informado respecto del lo que se trabaja de parte del ejecutivo y del Congreso respecto de cuál es la posición que existe en torno a la reforma tributaria que permita recaudar los dineros que se necesitan para financiar entre otras cosas la PGU que tanto bien ha hecho a los chilenos o aumentar la dotación policial que es preocupación constante de nuestras familias para concretar una mayor seguridad. Abrir el diálogo en torno a la reforma tributaria y los impuestos saludables es tarea de todos, ya que apunta directamente al beneficio o no de los chilenos.