"Vulnerabilidad de violencia de género es mayor en mujeres que ingresaron por pasos no habilitados"
La antesala del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo próximo, vuelve a posicionar la igualdad y defensa de los derechos de las mujeres en el país. Una jurisprudencia que debe respetarse independiente de la condición migratoria, según afirma la economista chileno venezolana Claudia González (34), encargada del proyecto "Empoderando a Mujeres Migrantes con la Violencia de Género".
Esta labor ha permitido a González entrevistar a víctimas expuestas a violencia de género en distintas zonas del país, como en la ciudad de Calama. Una realidad que considera invisibilizada y que se agudiza por la alta vulnerabilidad de las mujeres en situación migratoria irregular. En diálogo con El Mercurio de Antofagasta esta hija de padres chilenos, nacida en Venezuela y con 10 años radicada en Chile, aborda esta realidad.
Según datos del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg), en las 43 Casas de Acogida de la entidad, como parte del programa de atención a mujeres víctimas de violencia, un 30% corresponde a atenciones de mujeres extranjeras. En su opinión ¿Cuál es la realidad que enfrenta la mujer migrante en el país ante la amenaza de la violencia de género?
-Las mujeres migrantes enfrentan la misma violencia que enfrenta una mujer nacional. Creo que ahí no hay ninguna distinción. En algunos casos, las mujeres migrantes, sobre todo como venezolanas, colombianas, haitianas y brasileñas pueden tener el estereotipo de ser hipersexualizadas, lo que las pone en una situación de mayor vulnerabilidad hacia la violencia sexual; pero la verdad es que la violencia sigue siendo igual para todas las mujeres.
Desde 2018 a la fecha se registran cerca de 160 mil ingresos de extranjeros al país por pasos no habilitados ¿Cómo la condición de irregularidad podría profundizar un mayor grado de vulnerabilidad a la violencia de género en mujeres migrantes?
-Claro, en ese caso es aún mayor. Porque si una mujer llegó como migrante y está en proceso de regularización, por ejemplo, de una visa dependiente (otorgada a aquellos extranjeros que acrediten tener vínculos con titular de residencia temporal) y no quiere denunciar al marido que la maltrata, porque no sabe qué hacer con su visa después; esto es aún peor para una mujer que ingresó por un paso no habilitado. Porque tiene el miedo de que la vayan a deportar o la vayan a expulsar si es que llegase a denunciar cualquier acto de violencia. Esto sin conocer que las mujeres víctimas de violencia, independiente de su estatus migratorio tienen protección bajo la nueva Ley de Migraciones. Pero existe ese temor, y bajo ese temor es menos probable que ellas acudan a buscar atención y ayuda. Lo cual profundiza ese grado de vulnerabilidad.
Por su labor en terreno para aproximarse a la realidad de las mujeres expuestas a este flagelo ¿Ha advertido alguna evolución en los segmentos de mujeres migrantes expuestas a violencia de género?, que también incluye delitos de tráfico de migrantes y trata de personas con víctimas mujeres.
-Eso es difícil, porque si bien llevo varios años conversando con mujeres que han sido víctimas, no existe mucha información a nivel de estadística. Ahora a nivel testimonial, efectivamente sí, sobre todo este tema de los pasos no habilitados y el comercio sexual. En el norte, en Calama, me pasó que en las conversaciones salía mucho esto de ser parte de las schoperías. Y para mujeres que entraron por pasos no habilitados, el trabajar en una schopería se convierte en un ingreso disponible de inmediato, aunque no es que sea fácil. Pero eso las expone a distintos niveles de violencia sexual o de vulnerabilidad. Claramente ahí hay un montón de otras cosas que están relacionadas al tráfico de migrantes o incluso más que el tráfico o la trata (de personas), es cómo tú las traes o tal vez las tienes acá. Una mujer que llegó por un paso no habilitado, le ofreces un trabajo y se convierte en un comercio sexual y de repente entra a una casa de trata de mujeres. Es difícil aseverar más, porque es extremadamente mercado negro y completamente invisibilizado. Ahora las mujeres con las que conversé en el norte con respecto a este tema, efectivamente dicen que hay una evolución que va en aumento y tienen una alta preocupación sobre todo por las mujeres venezolanas que están ingresando por pasos no habilitados (…) Me comentaban que cada vez veían más mujeres venezolanas muy jóvenes que se va a trabajar a schoperías.
Como encargada del proyecto Empoderando a Mujeres Migrantes con la Violencia de Género, qué labores han desplegado para visibilizar esta contingencia social.
-El proyecto tiene un enfoque un tanto limitado, porque la idea es recolectar información y visibilizarla a través de los medios. Próximamente lo que queremos hacer es comenzar un medio de información en Instagram. Un canal donde podamos centralizar la información y que sea muy específica y detallada hacia mujeres migrantes. Obviamente es importante informar a muchas de estas mujeres sobre los canales que tiene el Ministerio de la Mujer. Esa es la primera parte de todos los talleres que hicimos. Eso tiene que ver en que ellas también sepan que puedan llamar al 1455 (fono de orientación para víctimas de violencia de género del Ministerio de la Mujer), que pueden poner una denuncia y pueden acceder a las Casas de Acogida y todos los dispositivos que tiene el Ministerio de la Mujer a través del Servicio Nacional de la Mujer y su programa de violencia, que están disponibles para las mujeres independiente de su estatus migratorio.