Fundación Jilaya revaloriza el alimento de origen vegetal
Un llamado a revalorizar al alimento de origen vegetal en Antofagasta, "ya que estos contienen entre un 70% a 80% de agua con electrolitos y nutrientes indispensables para la nutrición e hidratación de las personas con el propósito que puedan preparar su organismo y enfrentar el contexto de la vida en el desierto" realizó la Fundación Jilaya, a través de su directora Carolina Díaz.
La fundación que dirige tiene como misión evitar el desperdicio de alimentos vegetales y rescatarlos principalmente de ferias libres.
Díaz explicó que los alimentos de origen vegetal permiten a nuestro organismo tolerar el calor, la sequedad y todo los efectos de lo cotidiano. "Estamos en un período de aumento de personas con obesidad y mal nutrición. Se requiere mejorar las dietas de la población para sopesar los dilemas de salud pública. Claramente revalorar los alimentos y darles uso adecuado es una necesidad inmediata", aseveró.
Dijo que la fundación surgió de la incertidumbre de las repentinas medidas sanitarias adoptadas por la autoridad de la salud, en respuesta a la pandemia. Así, frente a la aparición de ollas comunes y ante la necesidad de campañas para apoyar estas ollas, que van en ayuda de las familias en un contexto donde hay que sumar el factor migración, "vimos la posibilidad de ayudar".
De esta manera detalló que la fundación se enfocó en "el valor de las acciones a través del rescate de alimentos frescos hortofrutícolas y la incorporación de talleres de huerto y de compost, con el propósito de auxiliar a que la comunidad tome conciencia de la importancia de estos comestibles".
Explicó que cuando quisieron entregar alimentos que no eran comercializados en las ferias libres contactamos de la base de datos de la Universidad Católica del Norte (UCN), a 80 ollas comunes, de las cuales sólo nos respondieron 30. "Cuando seguimos en una segunda etapa, a través de una encuesta con los requerimientos de frutas y verduras que necesitaban, sólo nos respondieron cuatro ollas comunes. Luego cuando hicimos la llamada para concretar la entrega de alimentos sólo nos contestó una olla común, de la agrupación Corazones Unidos. Ellos nos recibieron el alimento como una manera de ayudarnos a que la organización pueda ejecutar sus acciones y no por el valor del alimento", precisó.
Huertos
Sostuvo que una vez que llevaron a cabo los talleres de huertos, si tuvieron un alto interés de la población, "porque las personas tienen afecto de contar con sus huertos al interior de sus casas, con el propósito de tener autoabastecimiento; sin embargo, en el momento que comprobaron el trabajo y la dedicación para una plantita, o una huerta, claramente fueron desistiendo y encontraron que la mejor opción era hacer uso de ese alimento desechado en las ferias que con indicaciones adecuadas, recetas y consejos de almacenamiento, era una mejor decisión para poder tener el preciado abastecimiento".
"En resumen comenzamos con una olla común, y hoy estamos con organizaciones importantes como la mencionada Corazones Unidos, la fundación Tabor y otras que mantienen a cargo casas de acogidas de migrantes, adolescentes y personas de situación de calle. Así tenemos los usuarios del Cesfam Valdivieso que nos está recibiendo los alimentos para las familias con riesgo alimentario", afirmó.
En cuanto a la posibilidad de que Antofagasta tenga un IPC distinto a otras partes del país pues la mayoría de los alimentos llega a través de transporte terrestre y su precio se triplica, sostuvo que a modo personal considera necesario un IPC específico, de esa manera ver la posibilidad de ayudar a las familias con presupuestos más bajos a que puedan tener acceso a la necesaria compra de frutas y verduras.