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Desenredar nudos críticos

"En cuanto a las trabas de tipo nacional es necesario que exista un clima de institucionalidad propicio para el desarrollo de proyectos de inversión". Marcela Torres Moraga, Presidenta CChC Antofagasta
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Hace algunos días nuestro gremio dio a conocer públicamente las trabas que dificultan el desarrollo de actuales y futuros proyectos de interés público. Estas trabas también llamadas "nudos críticos", afectan las iniciativas de inversión porque impactan directamente las diferentes etapas de los proyectos desde la planificación, el diseño, adjudicación, permisos y construcción; retrasándolos, encareciéndolos hasta, en algunos casos, congelando su normal ejecución o simplemente impidiendo su inicio.

Es una realidad país que se arrastra por años y que se explica principalmente por una gran cantidad de "permisología" o "tramitología" que solo empeora la situación. La Comisión Nacional de Evaluación y Productividad identificó 400 permisos distintos, otorgados por 50 instituciones públicas, que podrían ser requeridos para desarrollar un proyecto de construcción, a lo que hay que sumar además los tiempos de tramitación que en el caso de un permiso de edificación demora en promedio 127 días, superando los plazos legales.

A eso podemos agregar que también hay otras limitantes que pueden surgir cuando el proyecto se está construyendo, o incluso cuando la obra está terminada pero no cuenta con la recepción final por parte de la autoridad. Igualmente, en ocasiones los montos asignados para proyectos de vivienda social no alcanzan a cubrir el desarrollo total de los proyectos, los cuales se encarecen a raíz de exigencias normativas y regulaciones como la Ley de Aporte al Espacio Público, Ley del Ducto, Informe de Mitigación de Impacto Vial, la exigencia de estacionamientos por la Ley de Copropiedad y la norma de suelo salino. Por eso no es de extrañar que la industria de la construcción se resienta en momentos de crisis económica.

Ejemplos cercanos tenemos con obras emblemáticas que llevan largo tiempo sin poder continuar su ejecución por razones administrativas, o el caso de la Villa Jorge Alessandri donde entre licitación y comienzo de obras pasaron cuatro años. Sin duda que nos presenta un gran desafío por abordar si consideramos que una de las materias urgentes por atender es la falta de vivienda en la región. Antofagasta figura entre las cuatro regiones con mayor déficit habitacional del país con 37 mil viviendas según Déficit Cero, ubicándonos después de las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío.

Estamos conscientes que ese número crece a medida que pasa el tiempo aumentando también el número de familias en campamentos. Por eso es necesario atender los nudos críticos y para ello hemos promovido la formación de mesas de trabajo con el sector público para mejorar y agilizar la tramitación de los nuevos proyectos de vivienda a nivel de revisiones normativas, conexión a los servicios urbanos como energía, agua y diferentes permisos, que actualmente y en muchos casos, superan los seis meses de plazo tramitarlos, retrasando aún más la construcción de nuevas viviendas.

Desde la CChC Antofagasta hemos promovido la conformación de mesas de trabajo con el sector público como la Mesa Residuos de la Construcción y Demolición con el Gobierno Regional, o la mesa de trabajo con CGE y una eventual instancia similar con la Seremi de Vivienda, a fin de resolver de forma colaborativa los nudos críticos que se producen a nivel local.

En cuanto a las trabas de tipo nacional es necesario que exista un clima de institucionalidad propicio para el desarrollo de proyectos de inversión, planificando a largo plazo en materia de infraestructura e implementar las 73 recomendaciones de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP); de las cuales 55 son administrativas y apenas 18 son reformas legales. Cambiar el escenario no requiere de grandes reformas estatales, sino de voluntad y unidad público-privada, de esa forma podremos beneficiar a toda la sociedad.

Ni atrás ni fuera

"En suma, ni atrás ni fuera, de modo ampliado y claro es, 'no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera'".
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¿Cómo es eso? ¿Es preciso aclarar un poco? Atrás, es un adverbio y tiene como equivalentes, detrás, a la saga, a la cola, allá, lejos. Refiere más que todo a posición, lugar o dirección. Sí, es posible que también refiera a tiempo, como algo que ha sucedido.

Y fuera, también funciona como una expresión adverbial y se refiere a que algo o alguien está o es apartado, o que está afuera, o va por fuera.

No es la intención confundir, marear, y espero que, luego, a pesar de todo, todo se aclare.

Es la verdad, no es cómodo quedar atrás o estar fuera de algo, es perturbador no ser considerado, no poder tomar parte. Todos, cual más cual menos, querríamos intervenir en algo que es de nuestro interés, en aquello que nos compete, o que nos incumbe. Y esto, en todo ámbito y tanto respecto de lo nimio como de lo importante o trascendente.

Decir, es un buen comienzo, sea que seamos consultados o bien no, pero genuinamente decir, opinar, expresar verbalmente nuestro sentir, nuestro parecer, nuestras ideas, nuestro pensamiento. Así, ya, damos sello a nuestra identidad, a nuestra persona.

Si decir es buen comienzo, ser partícipes de la construcción de ideas consensuadas, es un nuevo escalón y, por cierto, una vez más, no queremos ser excluidos, hemos de procurar que no nos dejen atrás ni fuera.

Si decir, participar son buenos comienzos, ¿qué más viene? Decidir. Ser parte de las decisiones, sumar, sumarnos, ser parte de la suma, o multiplicar, ser parte de la propagación de la idea, de las ideas construidas y consensuadas.

La educación es buen ejemplo. Aprender, aprehender, señalar, enseñar. Allí se genera el saber, se extiende el conocer, se multiplica el aprehender, se suma el saber del otro, de los otros, se construye conocimiento, se teje la humanidad, se hace gramática de la vida.

La educación es el laboratorio vivo, por excelencia. Allí todos han de tener espacio de iguales. Allí todo suma uno, aun en espacios de diversidad. Ser diversos no ha de ser un problema, es un valor.

En suma, ni atrás ni fuera, de modo ampliado y claro es, "no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera".

Raúl Caamaño Matamala

Profesor Universidad Católica de Temuco

Qatar: el mundial de las sorpresas

Selecciones de países de poca tradición futbolera han logrado a imponerse a las antiguas potencias del balompié, evidenciando un avance deportivo. A la preparación se debe sumar concentración y estado anímico, como lo dijo en alguna oportunidad el técnico argentino campeón en 1978, César Luis Menotti.
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Los países que suelen tener mayores éxitos deportivos son aquellos que han llegado a un estatus de desarrollo y modernidad que permite que sus atletas logren una preparación adecuada y puedan romper marcas de nivel mundial. Esto no es una verdad sine qua non, porque hay excepciones que están asociadas a otros elementos distintos a los de carácter económico y más bien a tradiciones territoriales muy específicas.

Lo habitual es que los logros deportivos estén asociados a las condiciones para desarrollarlos y en ese sentido los países avanzados llevan la ventaja.

En los deportes de carácter colectivo, como el fútbol, se requiere de un sistema virtuoso en todas sus etapas para que la dedicación, el entrenamiento y el apoyo científico sean el complemento ideal para el talento innato y la aplicación de estrategias.

Por ello, cuando nos ponemos al frente de un televisor a presenciar los partidos de la Copa Mundial, estamos conscientes que potencias futbolísticas como las provenientes de países europeos (Alemania, España, Francia, Portugal), no debieran tener grandes dificultades para imponerse sobre equipos africanos, asiáticos incluso sudamericanos, salvo Brasil y Argentina.

No obstante, el fútbol da sorpresas y queda de manifiesto que en la cancha son 11 contra 11 deportistas y que a la preparación se debe sumar concentración y estado anímico, como lo dijo en alguna oportunidad el técnico argentino campeón en 1978, César Luis Menotti. Y siempre lo que están de mejor ánimo son los que están acostumbrado a avanzar con el dominio del juego.

Entonces cuando presenciamos que selecciones como Japón, Australia, Corea del Sur y Marruecos avanzan en primera fase dejando atrás a Alemania, Bélgica, Uruguay, significa que estamos antes sorpresas.

Los cuatro países anteriormente nombrados son verdaderas potencias económicas y en las que se nota que han puesto un foco en el fútbol que con antelación descartaban. Y ello, con organización y proyección los ha puesto en el más alto nivel en el mundo.

Tres de ellas cayeron en octavos de final (Marruecos avanzó en definición a penales), pero antes de su despedida dejaron claro que las distancias futbolísticas se van acortando.

Es muy probable que en un futuro no muy lejano veamos a una Qatar capaz de clasificar y ganar partidos en el Mundial, porque ya dieron el paso y ese fue el objetivo de los qataríes que quieren figurar en el fútbol.