Malos resultados en el fútbol profesional
Se esperaba que Cobreloa ascendiera a la serie de honor y que Antofagasta se mantuviera, pero pasó todo lo contrario y la región más potente del país se queda sin representantes en la máxima categoría. Si bien, pisar un suelo pleno de riquezas y tener un ingreso per cápita por sobre la media nacional no es sinónimo de éxito deportivo, es un aspecto a favor que debe ser bien capitalizado.
El año futbolístico profesional que se cerró ayer con la derrota de Cobreloa y la imposibilidad de ascender a la serie de honor, dejó un saldo muy negativo para la zona. Porque al fracaso loíno se sumó el descenso -con disputa legal de por medio- de Deportes Antofagasta, lo que significa que el próximo año tendremos a los máximos representantes del balompié rentado de la región disputando el campeonato de la segunda categoría.
En ambos casos hay paño que cortar y análisis que hacer para deslindar responsabilidades y programar la labor que devuelva a los antofagastinos y calameños al sitial de honor de donde no deben salir.
Es algo que va más allá de lo deportivo, porque se suman condiciones que son propias de la idiosincrasia regional, que en el último tiempo se ha destacado por la pujanza y por el liderazgo en términos económicos que no se dan en otras zonas del país.
La Región de Antofagasta no sólo es la que tiene las mayores riquezas del país si sumamos la producción de cobre y ahora el auge del litio. También lidera el campo de las energías limpias y proyectos que van desde la desalación de agua de mar hasta la construcción de importantes referentes astronómicos mundiales.
Si bien, pisar un suelo pleno de riquezas y tener un ingreso per cápita por sobre la media nacional no es condicionante para el éxito deportivo, es un aspecto a favor que debe ser bien capitalizado y desarrollado en competencias de actividad física.
No obstante, se viven estrecheces y situaciones que no son propias de los territorios productores, donde existen políticas que van apuntadas a sumar triunfos en disciplinas deportivas de la mano de una mirada que siente la necesidad de buscar liderazgos en otros aspectos.
Sabemos que el fútbol tiene sus particularidades y los equipos en comento no son el fiel reflejo de la sociedad, pero es un parámetro que se debe considerar con otra visión y apuntar a entregarle entretenimiento y satisfacción a los habitantes, hinchas y seguidores de estos equipos.
Tendrán que haber coordinaciones, reuniones, encuentros y acuerdos para retomar algo tan sensible como es la identificación de la comunidad con sus instituciones deportivas. En realidades y apegos distintos tanto del CDA como de Cobreloa, con mayor o menor trabajo, pero con el objetivo de lograr que los habitantes de la región puedan sentirse orgullosos de las conquistas deportivas de sus clubes.