Un duro golpe al deporte regional
El CDA, tras la última fecha, perdió la categoría en el fútbol profesional y se aferra a una apelación que no se ve que tenga un buen final. Si no asciende Cobreloa ocurriría un contrasentido, porque la zona más rica del país no tendría a sus máximos representativos en la primera serie, algo que no ocurre en otros países.
La pérdida de categoría que sufrió Deportes Antofagasta duele en su hinchada y en la comunidad regional, porque hasta hace poco se había destacado como una institución sólida y con buenas actuaciones en el ámbito nacional e internacional. Hoy se vive la cara opuesta, tras caer en casa ante la Universidad Católica, selló su fin a 11 años en la serie de honor y volver a competir en la serie B.
Su dirigencia se aferra a la apelación en la segunda sala del tribunal de penalidades de la ANFP para revertir el fallo que le entregó los puntos a Palestino, tras la suspensión del partido el 15 de octubre. Se apela a que los puntos se disputen en cancha, debido a que la responsabilidad del club se vio sobrepasada al no respetarse un acuerdo entre el municipio y la ANFP.
Este recurso no debiera tardar en resolverse y, para desgracia de los antofagastinos, lo más probable es que se mantenga el primer fallo y con ello el descenso quede sancionado definitivamente.
Se pueden hacer distintos análisis de lo que ocurrió para llegar a este lamentable resultado. Estas parten desde malas decisiones dirigenciales, definición del plantel, relaciones con el municipio y otros apuntan a a decisiones orientadas más a los afanes de negocio que a los deportivos.
Puede ser uno, algunos o todos ellos. Volver a disputar campeonatos en la Primera B es el destino inmediato, y el que se debe asimilar más allá que la esperanza de la apelación se mantenga vigente.
En contraparte, Cobreloa, el otro equipo de las primeras categorías del fútbol rentado, representante de la región está a la espera de jugar una final con el ganador de la liguilla para lograr el ansiado ascenso. Por rendimiento debiera ser el ganador, pero en el fútbol nada puede darse por sentado hasta el silbatazo final.
De no subir no solo sería un duro golpe a su hinchada, a Calama también a la región, porque se quedaría sin clubes en la serie de honor. Un contrasentido, porque la zona más rica del país no tendría a sus máximos representativos en la primera serie, algo que no ocurre en otros países.
Un momento para la reflexión sobre lo que pasa en el fútbol profesional y cómo adoptar buenas decisiones para que no pase lo que hoy vivimos.