Voto obligatorio y las dudas en la región con miras a la elección de septiembre
POLÍTICA. Desde 2013 la zona tiene baja participación en los comicios, tras la implementación del voto voluntario. Aun hay incertidumbre de cuánta gente movilizará y el efecto en el resultado.
De las 500 mil personas que componen el padrón electoral regional, menos del 50% ha participado en las últimas 10 elecciones que se desarrollaron desde el 2013 al 2021, periodo en el que ha estado activo el voto voluntario.
Por lo mismo, otra de las incertidumbres frente al plebiscito de salida del 4 de septiembre -en donde se aprobará o rechazará la propuesta de Constitución de la Convención-, es cuánta gente realmente acudirá a las urnas, dado a que esta vez será obligatorio.
El no participar de este próximo sufragio correrá una multa que va desde la media UTM (aproximadamente $29 mil) hasta las tres UTM ($174 mil). Para excusarse, el votante debe estar a más de 200 kilómetros de su mesa asignada -el proceso para cambio de domicilio cerró en mayo-, y también las personas que trabajen aquel día (como las Fuerzas Armadas), o por problemas de salud.
Para presentar la excusa, se debe acudir ante un juez de policía local.
Debajo del promedio nacional
Y si bien esta alta abstención se ha visto en todo el país, la Región de Antofagasta ha estado por debajo del promedio nacional en todas las elecciones realizadas en estos casi 10 años.
El primer efecto claro fue en las municipales desarrolladas en 2016, donde solo un 28,70% del padrón regional, mientras que a nivel nacional fue de un 34,83%. (ver gráfica).
En adelante, solamente el plebiscito de entrada al proceso constituyente tuvo un incremento en la zona: el 48,83% de los votantes habilitados sufragó, frente a un 50,76% como promedio del país. En el futuro, sin embargo, los números decayeron otra vez, hasta llegar a solo un 12,21% de participación local en la segunda vuelta de gobernador regional.
Gonzalo Espinoza, coordinador del Observatorio Político Electoral de la U. Diego Portales, sostiene que se verá un incremento en el número de sufragantes el próximo 4 de septiembre, y que "ese aumento va a estar dado porque, uno, es obligatorio el plebiscito; y también por el tipo de elección que estamos viviendo. Es un plebiscito que va a determinar el futuro de Chile, y la campaña está muy polarizada".
Sin embargo, precisa, "no estoy seguro si la participación va a llegar a niveles tan altos como más del 90%, no creo. Ya llevamos 13 años desde la última vez que hubo voto obligatorio, que fue el 2009, y en todo ese periodo hemos adquirido determinada cultura de personas que saben que no tienen la obligación de ir a votar. Personas que no están tan involucradas en términos políticos, no van a estar conscientes de la obligación del voto".
Con todo, Espinoza señala que "la estimación que estamos sacando nosotros hasta ahora, estaría entre un 65 y 80%, que es harto, un 15% de varianza". Con respecto a la región, el coordinador del observatorio de la UDP comenta que "se está estimando que va a haber menos participación que a nivel nacional, que es una constante en la región. Sistemáticamente Antofagasta ha tenido menor niveles de participación en todas las elecciones. En especial, yo diría que va a ser una de las regiones que va a tener menor participación de todas, asumiendo que, en la última campaña presidencial, que fue bastante polarizada, donde hubo una alta participación en comparación a otras elecciones, Antofagasta tuvo 10 puntos menos de participación que a nivel nacional".
El sociólogo Darío Quiroga, miembro del podcast político "La Cosa Nostra", observa que "a nivel nacional, no solo en Antofagasta, hay una gran duda en torno a cuán efectivo va a ser la restitución del voto obligatorio". Esto, explica, "si uno lo analiza, ha sido muy baja la campaña que ha hecho el Servel y el gobierno para avisarle a la gente que hay voto obligatorio. Ha sido muy menor, considerando que aparece solamente en ciertos medios de comunicación y que más bien la gente más informada sobre el hecho de política -que no creo que supere más allá del 20% o 25% de la población-, lo sabe, pero el resto no".
"Uno debiera esperar que supere el 50% (del padrón electoral), probablemente acercándose al 60%, pero no hay mucha claridad que el voto obligatorio vaya a acercarse a niveles sobre el 80%, que en general es lo que sucede cuando hay voto obligatorio. Es una noticia en desarrollo y dependerá de cuánto se intensifique esa comunicación específicamente por parte del Servel", subraya Quiroga.
¿Y las multas?
En tanto, Espinoza opina que "tampoco creo que importe mucho la multa", esto, argumenta, porque "un 20% de abstinencia son 3 millones de personas que tienes que multar. El gasto operacional que implica eso para el Estado es mucho mayor de lo que va a conseguir cobrando la multa. Tampoco es mucho incentivo para el Estado".
En la misma línea, Quiroga recalca: "Una cosa es que se diga que el voto es obligatorio, y otra es que la gente sepa, por ejemplo, la cuantía de la multa, y que no sea como, no sé, poner la bandera para el 18 de septiembre, que a estas alturas del partido mucha gente entiende que no hay sanción por colocarla en la práctica".
El efecto
Con todo, otra duda que falta por despejar es cuánta influencia tendrá el voto obligatorio en el resultado final del plebiscito, ya sea aprobando o rechazando el texto constitucional.
Para Quiroga, considerando la gran cantidad de alcaldes independientes y la victoria de Franco Parisi (PDG) en la región durante la primera vuelta, es un síntoma de que los votantes de la región tienen "una lejanía de la política clásica y tradicional. Por lo tanto, si este plebiscito se instala como una opción muy política, pudiera ser que poca gente se sienta cercana a aquello".
Coincide en esto Espinoza: "Probablemente Parisi influya mucho, o el alcalde de Antofagasta, pero dentro de sus votantes, que van a seguir lo que digan estas figuras políticas. El problema es que acá va a entrar un grueso de la población que no tiene tendencia política determinada, que son personas que, uno, van a votar por primera vez, y que no sabemos cómo votan, y personas que entraron a votar en el plebiscito de 2020, y en 2021 votaron por La Lista del Pueblo, o las listas alternativas, y ahora no sabemos tampoco cómo van a votar, porque no son coherentes con sus líneas políticas".