Una propuesta que dejó heridos
La CC entregó el texto final de Constitución y no fue en un escenario de abrazos y vítores, es más, desde la derecha se repitieron las críticas y muchos anticiparon que votarán por el Rechazo. Sin duda que hay más divisiones que acuerdos, pero ese parece ser el sino de un país que difícilmente podrá lograr acuerdos sin que sus heridas del pasado se curen.
Con similares aspavientos a los que hubo en su primera jornada concluyó la labor de la Convención Constitucional que tuvo la misión de entregar una propuesta de Constitución que será votada el próximo 4 de septiembre.
Sí se pensó que sería entre aplausos, abrazos y manos entrelazadas el escenario fue diametralmente distinto. Hubo claramente un sector representativo de la centroderecha y derecha que se manifestó en desacuerdo con el texto final y muchos de los que integraron la Convención se adelantaron en decir que votarán por el Rechazo.
En contrapartida, desde la otra ala del espectro político celebraban haber finalizado un trabajo que deja a la ciudadanía, al pueblo como eje central del texto.
Una vez más hubo acusaciones de quienes se sintieron postergados del debate y de las conclusiones finales que terminaron en alguno de los artículos. Lo de la "casa de todos" se miró desde distintos ángulos y los que opinaron que quedaron fuera recibieron la respuesta de quienes dijeron que por décadas estuvieron mirando desde fuera y hoy pueden entrar a la casa.
Sin duda que hay más divisiones que acuerdos, pero ese parece ser el sino de un país que difícilmente podrá lograr acuerdos sin que sus heridas del pasado se curen.
No se puede olvidar que hubo intentos por incorporar reformas a la Constitución de 1980 y que no lograron salir adelante salvo algunas indicaciones incorporadas en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar.
Los quórum para reformar eran difícil de completar y esas fueron las trabas que encontró Michelle Bachelet. El Congreso repartía fuerzas y llegar a los dos tercios era casi imposible, pese a que algunas de las iniciativas respondían a demandas ciudadanas y si se hubiera avanzado en ellas el actual escenario sería distinto.
En la CC estaba la mayoría y fue el momento que encontraron los colectivos de izquierda para imponer los cambios. Estaban los 2/3 y más si era necesario, con ello no era necesario considerar ni siquiera oír a un sector que se había caracterizado por cerrarles la puerta en sus narices.
Así se llegó al fin y lo que hoy se someterá a plebiscito tendrá que revisarse bajo el ojo ciudadano que sólo espera condiciones para surgir y vivir en paz.