Javier Cercas: "Las novelas son siempre antisistema"
"El castillo de Barbazul" es la tercera entrega de la saga "Terra Alta". Allí se lee lo que pasa después de un abuso sexual y hasta dónde llegará un padre por liberar a su hija.
En las postales paradisíacas de Mallorca, España, ocurre "El castillo de Barbazul", la tercera parte de la saga policial "Terra Alta", del escritor Javier Cercas. La obra incluso ya tiene acuerdos para la adaptación audiovisual. La trama pone en el centro al investigador Melchor Marín, cuyo carácter se forja con la lectura en la cárcel de "Los miserables", de Víctor Hugo. Por esto, su hija se llama Cosette y ahora, ya adolescente, es secuestrada por un multimillonario en su mansión para -junto a sus amigos- abusar de ella, tal como ha pasado cientos de veces en la isla. Todo ocurre en el contexto de un sistema judicial corrupto que deja los hechos en silencio.
Hasta que llega Marín, ya retirado de la policía para trabajar como bibliotecario, por lo que debe recurrir a diversas ilegalidades, comprometiendo a sus amigos aún en servicio para liberar a Cosette. Melchor "es un tipo lleno de furia, dolor, deseos de venganza, odio, lleno de una serie de cosas que yo en aquel momento sentía", recuerda Cercas cuando lo imaginó por primera vez, escribió la novela "Terra Alta" y con ella ganó el Premio Planeta 2019. Estas, afirma, son emociones que "siente todo el mundo, porque quien no ha sentido esas cosas es una máquina o no es un ser humano, porque todos lo llevamos dentro, Georges Bataille lo llamaba 'la parte maldita': Melchor nace de mi parte maldita, de mi propia oscuridad. Él es hijo de una prostituta, un hijo de puta, no conoce a su padre y nació en el peor barrio de Barcelona".
-¿El arte puede tener moral?
-Sí, pero no de blanco y negro. El arte siempre tiene una dimensión moral, pero lo que hace el arte no es confirmar nuestras certezas, sino ponerlas en cuestión. El arte de verdad nunca te va a decir los hombres son igual a las mujeres: te pondrá en la cabeza de un violador, o de un maltratador. En "Independencia" lo intento (donde una alcaldesa es extorsionada con un video íntimo), al igual que ahora, en "El castillo de Barbazul", donde busco que el lector se pregunte hasta dónde sería capaz de llegar por su hija.
-Melchor.
-Él sigue haciendo las cosas sin respetar la ley, y el lector está de su lado. Como cuando mata a tres tipos o ahora asalta una casa: eso es lo que, en mi opinión, hace la literatura de verdad. Esto contiene una dimensión moral, pero llamémosla 'inmoral'. Las novelas son siempre antisistema, la literatura nunca es propagandística o pedagógica, esa es la mala literatura. La buena hace todo lo contrario, socava nuestras certezas, las más santas, las mejores, y nos obliga a cuestionarnos a nosotros mismos. No es moralista, es moral.
-¿Qué piensas sobre la cultura de la cancelación?
-Después del franquismo, en España, la derecha era puritana, intolerante; y la izquierda, la libertad. Ahora la novedad es que la cultura progresista también se volvió puritana, a eso le llamamos la cultura de la cancelación: es una catástrofe, porque si todos nos volvemos puritanos, esto es invivible, pero además porque creo que la izquierda tiene razón.
-¿En ser puritana?
-No. En tener políticamente razón. Pero las buenas causas bien defendidas son buenas causas. Las buenas causas mal defendidas se pueden convertir en malas causas. Por ejemplo, el feminismo es la segunda mejor causa en la actualidad. La primera es el planeta, que si lo arruinamos no podremos vivir ni hombres, ni mujeres. Todos los grandes cambios han provocado abusos, errores, injusticias, pero hay que evitarlo. Ni siquiera el feminismo, la causa de la igualdad, debe admitir el fanatismo o la cancelación, el que no te escuche porque piensas distinto que yo, eso es un error total.
- En la trilogía "Terra Alta" ¿cómo fue el proceso de cambiar las voces femeninas? Pasa de la femme fatale a la alcaldesa y a una adolescente herida psicológicamente por un abuso.
-Lo que más me ha importado, y más tiempo me ha llevado, es narrar el proceso de recuperación de una mujer muy joven que ha sido víctima no de un abuso sexual, que ocurren dos cada una hora en España, sino de una brutalidad, porque eso es lo que pasa. Meterme en ese mundo ha sido muy interesante. Hacerlo verosímil, fue un proceso con muchas aristas, matices, que recién ahora se está abordando. Antes no era un problema lo que pasaba después del abuso: era solo un problema para la víctima, a nadie le importaba. Hay mujeres que nunca se recuperan, no vuelven a tener relaciones. La alcaldesa y Cosette son dos mujeres fuertes, porque la alcaldesa lleva las riendas frente a los tipos, pero Cosette es una niña de 17 años.
"Una ficción no es exactamente una mentira, pero se parece bastante. La palabra 'mentiri' en latín significa dos cosas a la vez: mentir e inventar. Para que una mentira sea convincente, tienes que conocer muy bien la verdad", agrega el también autor de "Soldados de Salamina", novela con la que se hizo conocido en Iberoamérica a comienzos de siglo.
-¿Viene una cuarta parte de "Terra Alta"?
-Eso es lo que todo el mundo dice. Yo te voy a decir la verdad: cuando terminé "Terra Alta" planeé cuatro libros, porque me enamoré de Melchor Marín, me robó el corazón, en él hay cosas muy importantes para mí, es la primera vez que me ocurre (de escribir varios libros en secuencia) y no creo que lo vuelva a hacer. De la cuarta parte tengo muchas escenas escritas, la voy a terminar, pero no sé si la publique, porque cuando terminé la tercera parte dije: '¿por qué no lo dejamos aquí?' Con un final abierto. Los lectores dicen "no nos puedes dejar aquí": ¡Joder, los puedo dejar donde quiera! (Ríe.)
-El escritor es un pequeño dios.
-A veces, un tirano.
La obra de javier cercas ha sido traducida a más de treinta lenguas. su libro más conocido es "los soldados de salamina".
"El castillo de Barbazul"
Javier Cercas
Tusquets
397 páginas
$18.900
Por Valeria Barahona
"El feminismo es la segunda mejor causa en la actualidad. La primera es el planeta, que si lo arruinamos no podremos vivir".
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