Dos comunas, una solución para Antofagasta
"El desarrollo sin planificación de la ciudad, ha sido la causa principal de un progreso desigual, acumulativo, que se ha retroalimentado". Cristian Rodríguez Salas, Director Instituto de Políticas Públicas, UCN
La ciudad de Antofagasta a lo largo de las décadas ha ido conformando dos realidades territoriales diversas . Dos ciudades. Una que se extiende desde el centro hacia el sur, que concentra un 40 % de la población, la mayor proporción de los establecimientos públicos y privados , como por ejemplo el 76% en salud , el 62 % de los establecimientos de educación, el 78 % de los cuarteles de bomberos, el 55 % del total de la superficie de áreas verdes. En cambio, la ciudad que se extiende desde Salvador Allende hacia el norte, concentra el 60 % de los habitantes urbanos, el 24 % de los establecimientos de salud, el 38 % de los establecimientos de educación, el 22 % del total de cuarteles de bomberos, el 45 % de la superficie de áreas verdes. La lista podría ser más larga, como resultado de una larga acumulación de diferencias en la distribución de bienes públicos y privados.
La distribución del progreso urbano desigual ¿Impacta las oportunidades y la calidad de vida de los habitantes?. La respuesta es afirmativa, en una ciudad alargada, con tiempos de viaje entre un extremo al centro de la ciudad que superan una hora de viaje en horarios punta, provoca que el acceso a los bienes y servicios públicos esenciales sea extremadamente diferencial, una barrera que afecta la igualdad de oportunidades, la calidad de vida y el bienestar de una parte de la población.
El desarrollo sin planificación de la ciudad, ha sido la causa principal de un progreso desigual, acumulativo, que se ha retroalimentado a través de las décadas, generando segregación, polarización y frustración social y política, como lo vimos en el estallido social del 2019. En la actualidad, se observan pocas noticias de que aquel proceso ya estructural se revierta espontáneamente en los próximos años.
Hoy el país enfrenta una ventana de oportunidades para revertir problemas que se habían acumulado, abordar en el debate público la inequidad territorial que afecta a la ciudad es uno de ellos. Implementar equidad, no solo es una categoría discursiva, sino que implica abordar un tema espinoso, complicado para muchos, como es la distribución del poder en la toma de decisiones, y en el caso de la ciudad de Antofagasta involucra abordar la división de la ciudad en dos comunas.
Revertir la acumulación de los déficit acumulados de desarrollo de una parte de la ciudad, ya no es un problema cuya solución haya que dejarla al tiempo o la buena voluntad, lo cual hasta aquí no ha funcionado. Es un conflicto que requiere avanzar en la autonomía comunal, para que aquella parte de la ciudad se transforme en un nuevo actor, con identidad, capacidades y recursos propios que le permitan construir su propio desarrollo y progreso. No hay muchos argumentos para obstaculizar o soslayar que una población de casi 200 mil habitantes, con base industrial no pueda tener la oportunidad de resolver lo que no se ha podido en el pasado.