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Reciclaje, consumo y producción sostenible

Margarita Ducci Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU
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Hoy el planeta está recibiendo millones de toneladas de residuos que están contaminando nuestro ecosistema, acumulando basura y destruyendo nuestro entorno. Es que los actuales patrones de consumo y producción han contribuido ampliamente a la triple crisis que amenaza la salud humana, acelera el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Si continuamos con nuestros hábitos actuales, en 2050 necesitaríamos los recursos naturales de tres planetas como el nuestro para asegurar una vida digna a una población mundial estimada en 9.600 millones de personas, para entonces. Es por ello, que la transición hacia un consumo y producción más sostenible, además de consolidar una economía circular, es urgente.

Cifras oficiales indican que son más de 14.500 empresas en Chile las que generan 2 millones de toneladas al año de envases de plástico, vidrio, cartón en general, metales y cartones para bebidas. Hoy, apenas el 12% de esos residuos que están presentes en nuestras casas se reciclan. Pero afortunadamente poco a poco, la consciencia medio ambiental está generando cambios tanto en las personas como en las empresas y la valorización de los residuos se está masificando a través de conceptos como el reducir, reutilizar y reciclar. Estas tres "RE" se consolidarán inexorablemente con más fuerza, durante este año, ya que las empresas deberán informar al Ministerio de Medio Ambiente quién recogerá sus envases y embalajes. A ello se suma que en 2021 fue publicada la hoja de ruta de Economía Circular, instrumento de planificación a largo plazo con una visión que va mucho más allá del mero reciclaje y que replantea el actual modelo de producción y consumo.

En ese sentido, el ODS12 apunta a fomentar el uso responsable de los recursos naturales, reducir los desechos y el desperdicio de alimentos, reciclar y reutilizar. Ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza. Entonces hoy se trata de incentivar que las empresas entreguen productos y servicios cuya trazabilidad sea posible, en toda su cadena de producción, es decir, que haya preocupación y se determinen acciones para ello, desde la creación de un bien, hasta su término. En ese recorrido, el camino debería llegar a acercarse cada vez más, a ser absolutamente circular y consolidar el concepto desde "la cuna a la tumba".

Sabemos con certeza que los consumidores esperan mensajes claros e inclusivos, para fundamentar sus decisiones de compra, y saber cómo utilizar el producto de manera responsable y qué hacer, al final de su vida útil. De hecho, los clientes han cambiado mucho y tienen mayor preferencia por los productos que contienen tecnologías sustentables, son conscientes del impacto de cada uno de los productos que consumen, y de las consecuencias que pueden causar en el medioambiente. Una nueva realidad al que las empresas deben hacer frente con creatividad e innovación, atendiendo los objetivos financieros de la compañía, pero con una mirada integral para construir entre todos una economía sostenible.

"Hoy se trata de incentivar que las empresas entreguen productos y servicios cuya trazabilidad sea posible, en toda su cadena de producción, es decir, que haya preocupación y se determinen acciones para ello, desde la creación de un bien, hasta su término".

Semántica política

Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
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En la canción popular Según tu punto de vista, yo soy el malo, el cantante porteño Jorge 'Negro' Farías dice que "… cada cual en este mundo cuenta el cuento a su manera, y lo han de ver de otro modo en la mente de cualquiera". En realidad, lo que nos dice esta notable melodía es que la realidad se va construyendo a partir de historias que se producen y reproducen, encontrando (o no) asidero en el 'mind-set' (paquete de atributos) de la gente y luego en la opinión pública. De hecho, los medios de comunicación y las redes sociales contribuyen más de lo que uno/a piensa a estas construcciones infinitas de lo que podríamos llamar verdad. De acuerdo a la columna de opinión "Semántica y Política" (el Periódico Extremadura, 26/07/2004), una combinación similar de palabras puede interpretarse de forma muy distinta, inclusive contradictoria.

Es así como se han ido construyendo las narrativas en torno a la Convención Constituyente (CC) y sus actores, luego al proceso en sí y, hoy en día, en favor o en contra de aquellas normas que ya se encuentran presentes en el primero borrador. Cuando le pregunto a las personas si votarán rechazo o apruebo, los/as del apruebo me dicen que cualquier constitución sería mejor que la que tenemos; los/as del rechazo citan normativas que van desde lo valórico como el derecho al aborto universal hasta la concepción de un Estado Plurinacional con la preocupación de que las comunidades indígenas se queden con el país completo. Estas argumentaciones ligeras todavía no me satisfacen completamente para ningún lado u otro, y busco explicación en el lenguaje.

Una teoría interesante es que la derecha ha instalado una 'pedagogía del rechazo' (Diamela Eltit, Somos Zonas de Dolor, 23/04/2022) desde el triunfo del apruebo en el Plebiscito. Me gustaría creer que habría una tremenda capacidad de articulación discursiva al respecto, pero no se vislumbra todavía una posición fuertemente crítica al gobierno desde la centro derecha, más allá del pegado de carteles por parte de personajes de poca monta en la política local, o la acusación constitucional en contra de la ministra Izkia Siches, ambas herramientas políticas en manos del partido Republicanos.

La Teoría Política de los Campos Semánticos de Jorge Majfud (La Narración de lo Invisible, 2005) habla de la construcción de los llamados 'ideoléxicos', expresiones o ideas, que se van imponiendo como paradigmas sociales en las narraciones históricas de un país. Según este investigador, las elites intelectuales, los medios de comunicación y los/as políticos luchan por establecer un núcleo semántico positivo (lo que significa) y un área semántica negativa (lo que no significa), y la dominación de lo positivo y lo negativo depende de las fuerzas de dominación o liberación social. Por ejemplo, en los años 50 y 60 cuando se discutía la integración racial en Estados Unidos, varios grupos de blancos del sur portaban carteles declarando "la integración racial es comunismo" (Race mixing is communism). Si pensamos en ese mismo cartel, pero en la Europa del Este de aquellos años, esa declaración sería más bien a favor de la integración racial.

Si aplicamos la teoría de los ideoléxicos a la Convención Constituyente, podríamos decir que los dos grandes discursos hegemónicos viajan en paralelo: apruebo o rechazo, pese a que se ha buscado imponer una 'Third Way' (tercera vía), al más puro estilo Partido Laborista en Inglaterra (Anthony Giddens, 1998). Un acercamiento interesante a los ideoléxicos de los actores de la CC se encuentra en el estudio "Comunidades semánticas y distinciones políticas en el discurso de los convencionales constituyentes" (Aldo Mascareño y otros, CEP, julio 2021). El estudio se centró en los programas de los 155 convencionales constituyentes más las preguntas al cuestionario de TVN/24 horas 'Conoce a tu candidato'. Los resultados muestran convergencias en los derechos sociales y profundas divergencias en los derechos de la naturaleza. Otros temas controversiales son la participación ciudadana, democracia directa, iniciativa popular de ley y la libre determinación.

La semántica política contribuye a la instalación de discursos hegemónicos en ambos bandos, esto será parte de la propaganda y contrapropaganda política hasta el plebiscito de salida, dado que difícilmente el/la ciudadano/a se leerá los 499 artículos en 160 páginas, y no vaya a ser cosa que, como dice el gorrión de los cerros porteños, "…Desencadenas en mí tenebroso comentario", y la gente finalmente termine votando lisa y llanamente según su punto de vista.

"La semántica política contribuye a la instalación de discursos hegemónicos en ambos bandos, esto será parte de la propaganda y contrapropaganda política hasta el plebiscito de salida, dado que difícilmente el/la ciudadano/a se leerá los 499 artículos en 160 páginas".