Temas sensibles para la comunidad
La seguridad ocupa una de las principales preocupaciones de la ciudadanía y el gobierno busca dar respuestas rápidas. La criminalidad nunca ha estado ausente en la Región, por las condiciones económicas y geográficas existentes.
El avance de delitos de mayor connotación social y el aumento en el costo de la vida son los principales temas que aquejan a los chilenos y chilenas, en un escenario que era totalmente previsible a la luz de los análisis de ambos fenómenos. Tras el estallido social hubo un aumento de la delincuencia en todo el país, con focos preocupantes en comunas de la Región Metropolitana y también en otras como la de Antofagasta que tiene notorias alzas de delitos como el homicidio.
La criminalidad nunca ha estado ausente en la Región, por las condiciones económicas y geográficas existentes. No obstante, el recrudecimiento de hechos violentos, el uso de armamento liviano y otro de grueso calibre se ha hecho más visible porque ya no respeta horarios -antes se hacía al amparo de la noche- ni sectores. Es totalmente transversal.
Esa es una realidad que el gobierno la tiene muy clara y que hoy intenta enfrentar con medidas inmediatas y otras de más largo aliento como es la creación del Ministerio de Seguridad Pública, iniciativa heredada de la anterior administración.
Lo primero es disponer de más carabineros en las calles para cumplir con el objetivo de disuadir a la delincuencia. Está absolutamente comprobado que la mayor presencia policial disminuye la comisión de delitos, ahuyenta el comercio informal y da mayor seguridad a los moradores y transeúntes.
Por el momento no hay un gran contingente de carabineros disponibles y por ello es destacable que se informe que 700 efectivos reforzarán la dotación policial en 17 comunas. Serán nuevos egresados y otros que están realizando labores administrativas, quienes cumplirán labores de control, patrullaje y prevención del delito.
Lamentablemente, pese a las frías estadísticas la Región de Antofagasta no recibirá más carabineros y tendrá que hacer frente con lo existente y que cómo todos sabemos es precario en lo humano y en equipamiento.
Habrá que esperar que lo obrado con urgencia se complemente con una política robusta en este sentido, como la que tiene en carpeta el gobierno "para dotar al Estado de una nueva institucionalidad en materia de seguridad; recomponer confianzas entre la ciudadanía y las policías; impulsar acciones que permitan prevenir y controlar el delito; y trabajar para proteger a las víctimas de delitos violentos".
Esa política deberá llegar a todos los rincones donde se sufre con la delincuencia.