Las expectativas que asumen con Boric
El traspaso de mando realizado ayer estuvo marcado por simbolismos, deseos de éxito y palabras de apoyo a la gestión del nuevo gobierno de Chile. Los mensajes de éxito se han repetido tras la asunción y ahora viene la misión de responder que están en condiciones de administrar un país apegado a conservadurismos que lo detienen.
Tal como se preveía, el traspaso de mando entre el Presidente saliente Sebastián Piñera y el entrante Gabriel Boric, estuvo marcado por simbolismos y gestos que le dieron una nueva connotación a una ceremonia por lo general es más bien fría. Sin perder la solemnidad y sobriedad, el nuevo primer mandatario de manera verbal y no verbal repitió los mensajes de los que muchos se atreven llamar, el nuevo Chile.
Y esto último es lo que esperan quienes votaron por el entonces candidato del Frente Amplio. Por encarnar nuevas ideas, romper con la forma de hacer política, ser más cercano a la gente, responder a las demandas actuales con sectores minoritarios y olvidados, y atender a los más desposeídos.
Y esas señales estuvieron presente desde antes que hiciera su promesa "Ante el pueblo y los pueblos de Chile", en directa alusión a las minorías étnicas.
La fotografía oficial junto su futuro gabinete y los gobernadores regionales, con la arboleda de fondo en reemplazo del Palacio Cerro Castillo, fue otro simbolismo. Luego al tomar juramento a los ministros y ministras donde una vez más se destacó la presencia mayoritaria de mujeres.
Sin duda que se puede hablar de una ceremonia histórica: asumió el presidente más joven y bajo el sello de estar frente a una nueva forma de hacer política segura en sus principios y abierta al diálogo.
Los mensajes de éxito se han repetido tras la asunción y ahora viene la misión de responder que están en condiciones de administrar un país que viene con resabios de una dura pandemia y que le ha costado avanzar hacia la modernidad en medio de conservadurismos. Su llegada a la primera magistratura es la señal del giro y la tarea de consolidación estará en su gestión y en la de su equipo de asesores.
Como lo hemos mencionado hay muchas expectativas en su gobierno, junto a la labor de la Convención Constitucional, en quienes se ha depositado la confianza de realizar los cambios que necesita un país que quiere proyectarse como una nación más equitativa o armónicamente desarrollada.
Tamaña misión que partió ayer y que durará cuatro años, en los que deberá poner en marcha sus ideales de país, cambiar el establishment mediante la lucha de ideas y los consensos.