Rucos y tomas se suman a las dificultades de los vecinos del exvertedero La Chimba
VERTEDERO. Recolector que vive hace un mes en el sector, cuenta su llegada al exrelleno sanitario y estima que hay cerca de 100 personas en su misma condición.
Desde hace meses, las vecinas y vecinos del exvertedero La Chimba -quienes llegaron al sector por el sueño de la casa propia- soportan las constantes quemas de basuras y la masificación de plagas de roedores y moscas. A ese complejo escenario, ahora se suma el aumento de rucos y tomas a unos metros de los conjuntos habitacionales, además, de la delincuencia con la que los pobladores conviven.
En un recorrido por el sector, el primer ruco se visibiliza inmediatamente al ingresar al exvertedero por calle Pirita. Desde ahí aparece Leonel, un hombre de más de 40 años, quien camina con cuatro perros que salen en búsqueda de comida.
De acuerdo a su testimonio, se asentó hace un mes dentro del relleno sanitario, aunque hace seis años que vive en situación de calle. Leonel, cuenta que se movilizó por otros sitios aledaños, hasta que con un amigo -quien se fue a Mejillones- puso su ruco en la entrada del recinto.
Ahora trabaja como recolector de metales y otros artilugios. En ese recorrido que realiza por la zona, estima que hay cerca de 100 habitantes que están en su misma condición.
Así también, relata que tiene la posibilidad de mudarse hasta las tomas que se construyen a unos metros de su "hogar", pero el ambiente negativo y su estilo de vida se lo impiden. La problemática de estas construcciones, explica, es que los pobladores tienen conflictos internos.
Otro vecino que colinda con las tomas ubicadas al interior, es José Escobar, quien llegó hace ocho años y se instaló en una zona cercana a los puntos principales de quemas. Él, junto a 25 personas, limpiaron el perímetro con maquinaria pesada y establecieron sus viviendas.
No obstante, hace un año y medio, se acomodó la toma solo a metros de la comunidad donde reside Escobar. Al respecto, dijo que "hasta aquí, la relación ha sido buena y mala, porque muchos viven del reciclaje, por lo que llaman constantemente a los que vienen a botar basura".
"Defendemos el lugar. Nos hemos agarrado hasta a combos. Cuando vienen salimos al tiro a atajarlos, para que no quemen cuestiones", añadió.
Delincuencia
Por otro lado, Liset Fuentes, vecina del condominio Desierto Florido, emplazado a metros del ex vertedero, contó que "acá hemos hablado con distintas autoridades, con el delegado presidencial, alcalde y gobernador, pero la solución no está, porque nunca se ponen de acuerdo. Entonces al final, uno no halla qué hacer".
Además de esto y las cerca de 300 moscas que ingresan diariamente a su hogar, Fuentes observa un aumento de la delincuencia y falta de iluminación de los alumbrados públicos. Incluso, hace poco, su hijo fue asaltado por dos individuos, quienes lo amenazaron con armas de fuego y subieron a un auto.
En cuanto a las tomas, afirmó que "si bien es cierto que vino la autoridad y sacó a la gente, ya se ubicaron en otro lado. Además, los rucos prenden fuego y llaman a la delincuencia".
Por su parte, María Tapia, vecina del condominio Los Nogales explicó que "los vecinos estamos súper preocupados con el asunto de las quemas, que son todos los días. Hay poca fiscalización de las autoridades, quienes no se han puesto en nuestro lugar".
"Estamos viviendo con guardia de seguridad y cámaras perimetrales, porque de verdad que el miedo que tenemos es que se meta un delincuente o le pase algo a nuestros niños. Es constante", finalizó.
Autoridades
La concejala Karina Guzmán, sostuvo que "como vecinas y vecinos del sector nos hemos organizado para hacer recorridos, porque ya estamos tan aburridos y hartos, de que las autoridades no manden a fiscalizar y se pongan de acuerdo".
Asimismo, dijo que "está la gente en situación de calle, los rucos y sabemos también que hay pirómanos, quienes se dedican a encender y cobran para prender fuego y reducir basura. Eso se tiene que abordar de las distintas entidades".
El core electo, Fabián Ossandón, indicó que "en el sector hay un problema grave de contaminación, como así también de inseguridad. Sin ir más lejos, desde la Fundación Antofa Segura, en el conjunto habitacional Los Nogales, implementamos la campaña "Yo cuido la casa de mi vecino", que consistió en instalar alarmas y visores comunitarios".
"A este sector, le faltan áreas verdes, más iluminación, espacios de recreación y mejorar la conectividad. Urge que las instituciones del Estado y sus autoridades terminen con la indiferencia, abandono y postergación. No es solo la construcción de la vivienda, también se requiere la construcción de barrios con calidad de vida", puntualizó.
"Está la gente en situación de calle, los rucos y sabemos también que hay pirómanos, quienes se dedican a encender y cobran para prender fuego y reducir basura. Eso se tiene que abordar de las distintas entidades"
Karina Guzmán, concejala
"Hemos hablado con distintas autoridades, con el delegado presidencial, alcalde y gobernador, pero la solución no está, porque nunca se ponen de acuerdo. Entonces al final, uno no halla qué hacer"
Liset Fuentes, condominio Los Nogales