Aumenta percepción de inseguridad entre antofagastinos tras hechos de violencia
FENÓMENO. A raíz de una serie riñas e incidentes registrados en videos y viralizados a través de redes sociales, estos han generado preocupación en la comunidad.
Solo en los últimos días, diversos son los registros subidos a redes sociales (principalmente Twitter), que muestran algunas acciones violentas en las que estarían involucrados ciudadanos extranjeros. Peleas con palos y fierros en la calle frente al Mercado Central, o lanzándose sobre vehículos en el sector de la costanera, cerca del centro, simulando presumiblemente ser atropellados, son los que han generado mayor reacción.
Registros que llaman la atención porque inevitablemente se asocian como consecuencia de la crisis migratoria actual, lo que sumado a la visualización y exposición en medios de otros delitos importados como el sicariato, terminan por ejercer un efecto negativo en la percepción de las personas, quienes pese a contar con estudios que demuestran que el aumento de inmigrantes no incide en el aumento de delitos, como el realizado en 2020 por el Centro de Estudio Públicos, CEP, donde con Datos de la Defensoría Penal Pública, se demostró que los extranjeros estaban subrepresentados en la cantidad de delitos y condenados en el país, alcanzando solo el 2,36% de los imputados y el 2,57% de los condenados totales en el Chile.
Cifras que, a la luz de los hechos, son difíciles de validar para algunos antofagastinos, quienes tienen que lidiar con las problemáticas de este fenómeno que hoy no tiene un proceso de regulación activo en el país.
"Sé acerca de ese estudio, leí la nota cuando salió hace un tiempo, pero la verdad es que me es difícil no cuestionarlo, cuando siempre estoy viendo desórdenes públicos causados o por vendedores ambulantes o por extranjeros que se ponen a pelear en la calle, como en el vídeo del otro día que subieron a Twitter y donde dos extranjeros se agarraron a fierrazos y palos justo afuera. Son escenas que aquí en el centro de Antofagasta, se han vuelto normales, el centro se ha vuelto peligroso", relató René Casanova, administrador del hotel Atenas, en la Plaza Sotomayor.
Acotó que "lamentablemente, cuando leo o veo noticias de Antofagasta, de la zona norte en general, de lo que pasa en Iquique, en Arica, y me enteró de procedimientos de drogas, peleas u homicidios, siempre hay un extranjero involucrado. Los estudios pueden decir una cosa, pero lo dudo".
Una experiencia similar manifestó Marta Barraza, vecina de la población Matta desde toda su vida, quien, tras diversos hechos de violencia originados en su barrio, algunos de los más recientes con ciudadanos extranjeros involucrados, teme que hoy su seguridad y la de sus vecinos, se vea perjudicada por efecto de esta crisis.
"Es claro que esta situación se les escapó de las manos a las autoridades, yo he vivido toda mi vida en Antofagasta y nunca había sentido el temor y el miedo que siento ahora, de la salir a la calle cuando se hace tarde; ni siquiera salgo a comprar cuando está oscureciendo debido a la gran presencia de extranjeros que tenemos en las calles. Tenemos un vecino de nacionalidad extranjera, venezolana o colombiana tiene que ser, quien le propinó mansa golpiza al pololo de una vecina porque éste le pidió que levantara su basura, ya que los perros la rompían. Se originó una fuerte discusión que terminó con la golpiza y no era necesaria", dijo.
Percepción
Para el sociólogo y antofagastino César Trabucco, la sensación de inseguridad que hoy se percibe en las comunidades de la zona norte que han debido lidiar con las problemáticas de la migración, y que no necesariamente se justifica en los números, pasa entre otras razones por la poca reflexión que hacen las personas, del contenido que absorben en redes sociales y los medios de comunicación, quienes a su parecer no han realizado una cobertura propositiva de la problemática.
"En la medida que aumenta el número de inmigrantes, es lógico que aumenten estas situaciones que producen roces, son roces culturales. Mucho de este conflicto y de esta percepción negativa, tal vez, pasa por problema de lectura en las actitudes que los chilenos ven de los extranjeros, quienes son gente más expansiva, que habla más fuerte, que gesticula mucho más, eso en las primeras impresiones no cae bien. Para ellos hablar fuerte es algo normal, y para nosotros puede significar el comienzo de una pelea", dijo.
"Ahora, agregó, lo que demuestran los números es que el crecimiento de la delincuencia asociada a la migración, es casi marginal, eso dicen las estadísticas y no se puede negar, pero qué pasa, porque nos llama tanto la atención, es por el tipo de delito que trae el extranjero y lo que al final del día alcanza cierta notoriedad, como el sicariato, que es un fenómeno que no conocíamos en Chile, hasta que comenzaron a llegar los migrantes. Delito que, para ellos, a lo mejor no es tan anormal, pero para nosotros es algo que nos desconcierta y eso demuestra cómo, hasta el tema de los delitos, también existe un sesgo cultural", manifestó.
No obstante, y sin perjuicio de lo anterior, el experto manifestó que para ser justos hay que reconocer que una parte importante de la población migratoria, que probablemente no tiene acceso a trabajos formales, están recurriendo a actividades no licitas con tal de sobrevivir, otra arista de la migración y que debemos hacer el esfuerzo de entender, ya que son circunstancias extremas. "Cuando se producen choques culturales, esas cosas se vuelven turbias, porque no se logra distinguir con claridad en qué parte del proceso adaptativo de la migración estas, si al principio, al medio o al final, pero todo es parte del choque cultural, que después con el tiempo se traduce en un proceso de integración cultural, pero por ahora, mientras tanto eso pasa, estamos en la etapa de los roces", precisó.