El vertiginoso pasado de la Poza Histórica, el primer centro neurálgico de Antofagasta
PATRIMONIO. Un solo muelle queda de los nueve que tuvo la bahía, cuya demanda portuaria en el siglo XX fue tal, que a su alrededor se ramificó toda la actividad comercial y social de la ciudad.
Cristian Castro O.
El muelle histórico Melbourne Clark es hoy la única estructura superviviente del vertiginoso pasado de la poza histórica, la apacible ensenada que hoy se ubica entre el Hotel Antofagasta por el sur y el Terminal Pesquero por el norte.
Diferente a como la conocemos hoy, a inicios del siglo XX este lugar llegó a ostentar once muelles. Asimismo a su alrededor, fotos de la época delatan verdaderos murallones de carga esperando a ser embarcados. Carretones, bueyes y un bosque de mástiles en la bahía, daban indicios de su potente actividad comercial.
Un proyecto de la Corporación PROA Antofagasta rescatará la historia de esta bahía y la de sus estructuras, contando cómo fue su desarrollo, auge y fin.
Al respecto Pamela Ramírez, directora ejecutiva de PROA explicó que "en el rescate del patrimonio, uno de los hitos importantes es la bahía de San Jorge, conocida como Poza Histórica, donde se sustentó el desarrollo productivo. Es por ello que queremos lanzar este año este registro histórico a través de una ruta dinámica y lúdica para incorporar a quienes se interesen en nuestra historia".
Primeros embarcaderos
El primero en llegar fue Juan López entre agosto y octubre de 1866, y dentro de las primeras obras que realizó fue la construcción de un pequeño muelle para despachar sus exiguas cargas de mineral. De este prístino embarcadero casi no existen datos.
Pronto está el de la Compañía de Salitres, construido por la empresa que dirigían José Santos Ossa y Francisco Puelma. Este se ubicaba en lo que hoy es el Terminal Pesquero y su obra se inició casi con la fundación de la ciudad.
Crónicas de la época exponen que en el muelle había diversos buzones para descargar el salitre desde los vagones y depositarlo directamente hacia los lanchones llamados "maulinos" que posteriormente los trasladaban hasta los vapores.
Por estos años se levanta el Melbourne Clark (actual muelle histórico), que comenzó a ser construido en 1872. Fue el segundo de la compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta.
El muelle se inauguró en 1880. La obra original contaba con 198 m. de largo y 15 m. de ancho, a casi tres metros sobre el nivel del mar. Se construyó sobre rieles de acero, con madera de pino Oregón y roble americano, para hacerlo una estructura muy fuerte. Allí se cargaba el mineral en embarcaciones menores, ya que no era apto para la llegada de buques muy grandes. La creciente necesidad de transporte llevó a utilizarlo como lugar de descarga de mercadería y pasajeros que llegaban hasta la ciudad. Su uso industrial cesó en 1961.
Asimismo, un embarcadero exclusivo para pasajeros fue el Muelle Fiscal, construido en 1869, 20 metros al sur de Melbourne & Clark.
Aquí fue donde desembarcaron las tropas que tomaron Antofagasta el 14 de febrero de 1879 y también fue usado por los presidentes José Manuel Balmaceda, Pedro Montt y Arturo Alessandri en sus visitas a la ciudad. Una marejada lo dejó semidestruido, siendo desguazado en 1973.
De la INDUSTRIALIZACIÓN
En medio de la Guerra del Pacífico y tras el triunfo chileno en la última batalla antes de la toma de Lima en 1881, se construye ese año el muelle Miraflores, en honor a dicho combate.
El Muelle Miraflores fue construído en 1881 por encargo de Nitrate Agencies, en el contexto de la explotación y transporte del salitre en el área. Fue edificado frente a la esquina de las calles Balmaceda y Sucre.
Ubicado en lo que hoy es el Club de Yates, llegó a medir 172 metros de largo. Contó con grúas a vapor y hasta 1950 seguía siendo uno de los puntos de navieros más importantes de la comuna, pero entraría en declive dada a la apertura del actual puerto fiscal.
Una marejada destruyó parte importante de su estructura y hoy apenas sobrevive una porción.
Sigue por esa época el muelle Bellavista, construido en 1882 por el Establecimiento de Fundición Bellavista. Llegó a alcanzar 142 metros de largo. Este muelle continuó prestando sus servicios hasta fines de la década de 1950 con dos grúas electrónicas de dos toneladas. Fue entregado al público en 1982. Sus restos llegaron a ser usados como pasarelas para paseos en lancha. Hoy ya no existe.
Ya en el siglo XX aparecen los muelles Lhin y Barnett, destinados al uso industrial. Se encontraba apostado aproximadamente a 15 metros al norte del muelle Miraflores. También en el mismo sector se encontraba el muelle Yungay, el cual fue el más desgraciado de todos. Fue hecho sobre un montón de promontorios costeros, lo que hacía zozobrar a las naves que se atrevían a utilizarlo. Rápidamente fue abandonado y terminó siendo destruido por una tormenta en los años 30.
Declive
El sector tuvo tal actividad, que a su alrededor se crearon los primeros servicios de hotelería, gastronomía y una gran cantidad de comercio irregular. Asimismo el tránsito era casi imposible debido a que las cargas que esperaban ser embarcadas o importadas esperaban su turno por meses.
Fue por esta necesidad de contar con un lugar más amplio que se comenzaron con las obras del actual puerto, lo cual trajo rápidamente el encono de los comerciantes y empresarios cuya actividad proliferaba en torno a la ensenada.
De ahí que la construcción y funcionamiento del puerto fiscal marcó la decadencia de la poza.
Una crónica publicada el por el diario "El Abecé" en 1941 grafica una realidad que ya era irreversible. La nota exponía que los sindicatos de los muelles particulares de Antofagasta, a través de sus delegados, gestionaban nuevamente ante el Departamento de Obras Marítimas, "que se quiten al puerto fiscal los embarques que transportan cobre, salitre y otros minerales".
Pero el avance de la modernidad fue irremediable y para 1950 ya entraba en operaciones el actual puerto.
La poza histórica cayó en decadencia y varios de sus embarcaderos fueron desarmados. Otros, por la falta de mantenimiento, fueron destrozados por marejadas. Ya en los 80's el sector pasó a ser un barrio turístico, siendo hoy los únicos sobrevivientes el muelle histórico y la parte de lo que fue el Miraflores.
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