"La norma fija una prioridad sobre uso del agua que deja a la actividad productiva en último lugar"
"Hemos planteado que la Constitución debe garantizar el abastecimiento de agua para el consumo humano, la alimentación y la seguridad alimentaria, y para todas las necesidades del país. Lo complejo de esta norma es que establece una prioridad sobre el uso del agua que deja a las actividades productivas en el último lugar. Ése es el problema de fondo".
Así lo expresa el presidente de la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta) Jorge Valenzuela Trebilcock, a propósito de la propuesta realizada por la Comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional que deroga el actual Código de Aguas y caduca los derechos otorgados con sujeción a él.
"nos sorprende"
El timonel del gremio -quien ha asistido a audiencias públicas en las comisiones de Forma del Estado y Medio Ambiente y ha conversado con constituyentes sobre este tema, incluso con la presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros-, se declara sorprendido por este tipo de propuestas.
"Nos sorprende este tipo de normas, porque hablan con desconocimiento sobre el uso del agua por parte del sector agrícola. El agua es el sustento de las personas que viven del campo y al mismo tiempo una de las principales urgencias, y desde ahí creemos que hay que avanzar", plantea.
En esta entrevista también pasa revista al problema de la sequía, la escasez de mano de obra en los sectores agrícola y portuario, y la crisis logística que afecta al comercio exterior, que se traduce entre otros efectos en crecientes costos en el transporte marítimo y menores embarques. Dice que se avecinan las semanas más intensas de la temporada de la fruta 2021-2022, con la salida de la uva, lo que implicará una presión adicional para el Puerto de Valparaíso, que concentra entre el 50 y el 60 por ciento de la exportación de estos productos.
Con altura de miras
La propuesta que deroga el Código de Aguas y restituye el control del Estado sobre el recurso, ¿es una norma "muy expropiatoria", como la calificó el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Cristián Allendes?
-Es un artículo transitorio el cual llama a caducar los derechos de aprovechamiento de aguas, y a restituirlos en un plazo máximo de dos años. Eso es algo que no nos parece factible, debido a la cantidad de regantes y de sectores productivos que usan el agua para proveer de saneamiento, alimentos y muchísimos otros servicios. Naturalmente que nos preocupa la iniciativa. Me imagino vamos a tener una conversación mucho más distinta en el pleno, pero debo manifestar ahora la preocupación de todo el mundo rural y agrícola, sin importar el tamaño del productor. El tema del agua es muy complicado, no solo desde el punto de vista de la alimentación, sino también desde el punto de vista social. Solicitamos que esta materia se aborde con altura de miras, y siempre estaremos disponibles para conversar con los constituyentes. Este tipo de normas no ayuda al país, polariza la discusión, no aporta al bienestar del mundo rural. Es una iniciativa tremendamente urbana, de personas que no conocen el mundo rural, su ecosistema y la forma de sustento.
El constituyente Pablo Toloza planteó que "establecer que solo se entregarán licencias temporales, revocables y para fines específicos y limitados, carece de todo sentido común". ¿Se tornaría insostenible la industria frutícola?
-Conversando con constituyentes nos señalan que toda iniciativa debe lograr los dos tercios en el pleno, y eso invita a muchos acuerdos y a conseguir consensos. Creemos que estos puntos deberán verse desde muchos otros ángulos, más allá de las comisiones. Esperamos que el tema del agua se trate con altura de miras, porque es la forma de avanzar. Hemos puesto temas como la seguridad alimentaria y el rol del agro en la tarea de proveer alimentos seguros y de forma oportuna, de la falta histórica de políticas de Estado para asegurar el agua, buscar nuevas fuentes para responder a las necesidades, contar con una institucionalidad clara para resolver el problema, puntos que esperamos sean considerados.
Solo 1,8 barco semanal
La mala temporada de la uva 2021, ¿qué tan fuerte impactó en esta región? ¿Cuán importante fue el efecto de la sequía?
-El efecto de la mala temporada de uva de mesa se vio en la zona central, en las regiones de Valparaíso, Metropolitana y de O'Higgins, cuando las lluvias de verano nos golpearon y comprometieron las cosechas de las variedades de media estación. En Aconcagua hubo daños del orden del 40% de las cosechas de uva. Hubo merma en los volúmenes y también en el tamaño de la fruta. Pero aparte de la sequía y los eventos climáticos fuera de estación, en las zonas agrícolas de la Región de Valparaíso, donde hay productores que no han podido trabajar parte de los campos y han sacrificado fruta en beneficio de otra, está el tema de la falta de trabajadores para las labores agrícolas. Ha habido una baja en la producción de palta dado que los productores se están moviendo a otras zonas, y en la temporada pasada no se pudo cosechar el 24% de los cítricos. En relación a la uva, hay una fuerte presión hacia el recambio varietal, por lo que hay un proceso de transformación. En general, hay un cambio en la fruticultura de la Región de Valparaíso.
¿Usted diría que la temporada de la fruta en curso es buena, regular o mala?¿Ha quedado mucha sin posibilidad de ser exportada debido a la crisis logística del mundo marítimo portuario?
-Hasta ahora mejor de lo que teníamos presupuestado, ya que en términos de condición y calidad, la uva de mesa está muy buena. En cuanto a volúmenes, sin embargo, es otro tema, pero hasta el minuto la calidad y condición se ven bien. Ahora, la preocupación se encuentra en el tema logístico. Si normalmente, a la semana, se despachaban cuatro barcos con fruta chilena, hoy están logrando despachar 1,8, y el problema se debe a una falta de trabajadores portuarios, no se está logrando movilizar a las personas para esas labores. Hasta este momento, esto no ha significado que haya fruta sin poder embarcarse, pero a partir de la semana 6, hasta la 13, comienza el fuerte de las exportaciones de uva de mesa, algo que pondrá mucha presión al sistema logístico portuario, y ahí se podrían ver complicaciones si esta situación se mantiene. El Puerto de Valparaíso concentra entre el 50 y 60% de la exportación de fruta. Estamos preocupados de cómo resolver este tema, y nos ponemos a disposición para buscar soluciones.
Falta de trabajadores
Una encuesta elaborada por ustedes en 2021 señaló que más de la mitad de los productores frutícolas tiene entre un 50 y un 70 por ciento menos de trabajadores en sus faenas. ¿Ha mejorado eso?
-Ha sido difícil, está la presión de los trabajos, de las cosechas, hemos debido movilizar a personas de distintas regiones para cumplir con las labores, pero hasta el minuto, los productores de la Región de Valparaíso han logrado salir adelante. En el invierno pasado aún había mucha restricción de movimientos por la pandemia, y con la vacunación hemos podido mantener las actividades incluso con la tremenda alza en contagios de estas semanas. Eso nos permitirá proyectar una temporada con mayor demanda de empleabilidad.
INTERVENCIÓN DEL río
En octubre hubo una fuerte polémica entre la Dirección General de Aguas y asociaciones de agricultores por la intervención del río Aconcagua, a fin de asegurar el abastecimiento de agua potable. ¿Que se privilegiara el llenado del embalse Los Aromos fue una derrota para la agricultura?
-No, para nada, fue primero que todo una resolución que se revirtió. No hubo riesgos, pero sí mucho trabajo de las juntas de vigilancia, de los encargados de las secciones del río Aconcagua, para que esto pudiera estar bien regulado. En lo personal, creo que la intervención de la DGA no fue en el momento adecuado, porque en octubre es cuando más se necesita agua. En mayo habría sido mucho menos problemático. Sí, fue una crisis complicada de la cual se pudo salir adelante gracias a una buena coordinación y comunicación entre los gremios, las municipalidades y las autoridades.
Políticas públicas
Frente al escenario de crisis hídrica, que se ve reflejada en un déficit de agua caída del 70% en la región durante el último año, ¿cuán factible será congeniar la industria frutícola con el uso de agua potable para la población?
-El acceso al agua es un tema social muy sensible, especialmente en Valparaíso con todo el impacto de la sequía. Y lo más importante es asegurar el agua para el consumo humano. Hay mesas de trabajo en la región en la que todos los actores van analizando la situación y se coordinan para poder responder a todas las necesidades. Junto con eso, el 90% de la superficie frutícola de Valparaíso tiene riego tecnificado. Hay que seguir trabajando en el tema de la eficiencia, y naturalmente estar coordinados con las comunidades respecto a las necesidades. Sin embargo, hay un aspecto de fondo, y ese es ver la seguridad hídrica como un tema estratégico nacional. No puede haber falta de políticas para el abastecimiento hídrico en zonas rurales, y creemos que el Estado debe estar llamado a diseñar las políticas para esa tarea.
"Si normalmente, a la semana, se despachaban cuatro barcos con fruta chilena, hoy se despachan 1,8. El problema se debe a falta de trabajadores portuarios".
"Comienza el fuerte de las exportaciones de uva de mesa de la temporada, algo que pondrá mucha presión al sistema logístico portuario, y ahí se podrían ver complicaciones". "El tema del agua es muy complicado, no solo desde el punto de vista de la alimentación, sino también desde el punto de vista social. Solicitamos que esta materia se aborde con altura de miras".