Élites políticas
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Un aspecto interesante que se puede apreciar en las series asiáticas de Netflix y otras plataformas, es que detrás de historias de amor, aventuras, comedia y épica, está la ideología dominante de los Superpoderes que producen estas creaciones audiovisuales tales como China, Japón o Corea del Sur. Una noción recurrente es lo que llamo un 'solidarismo comunitario', que es incluso traducido en la misma pantalla como izquierda o comunismo. No sólo se trata de un Estado totalitario que obliga a las personas a desarrollar prácticas homogéneas de ciudadanía, sino que se transmite la necesidad del trabajo en equipo para un éxito asegurado y la proyección de una meritocracia no individual. Asimismo, es posible observar una constante lucha de clases que, como señalaría el Post-marxismo (Chantal Mouffe, 1993 y Ernesto Laclau, 1990), representa a otras identidades marginadas de los espacios de poder y desconectadas de las elites políticas tradicionales.
En la teoría internacional, existen estudios empíricos de elites políticas en Europa y de elites sociales en Estados Unidos. De acuerdo a Monserrat Baras (Las Elites Políticas, 1991), los cambios en las elites políticas obedecen a profundas transformaciones en la mitad del siglo XX, como son la renovación tecnológica, los grandes movimientos revolucionarios, la expansión de las teorías marxistas y anarquistas y una reflexión profunda sobre las nuevas democracias. Desgraciadamente, el estudio de las elites presenta una connotación negativa del rol de las masas, del pueblo, de la ciudadanía, pues se supone que son justamente las elites quienes defienden el orden político y el resto constituimos un peligro para la estabilidad del sistema. Esto ha quedado demostrado en la redefinición que hizo la derecha extrema del 18/O y otras expresiones populistas en contra del poder ciudadano.
En este sentido, la pregunta es si alguien como uno/a podría finalmente ganarle al sistema. Dado que sufro de escepticismo existencial, la respuesta sería un NO rotundo, pero la política tiene mucho de idealismo y con él se producen los cambios. Esa sensación de la necesidad de aire fresco y de recambio de elites políticas en la gobernanza del país, es lo que motivó el Estallido Social y el posterior triunfo del cambio constitucional, el proceso constituyente y la presidencia de Gabriel Boric. Me imagino que tanto los gabinetes centrales como los regionales se están pensando para abrir espacios no sólo a la juventud ("Dirigentes sub-40: El recambio generacional y los nombres que podrían perfilarse para liderar la oposición y el oficialismo", Emol, 02/01/2022), sino también a nuevos rostros independientes de la real politik.
Sin embargo, este país se encuentra aún demasiado enganchado a los enclaves autoritarios y de transición ("Enclaves Democráticos", El Mercurio de Antofagasta, 25/04/2021), y el gobierno saliente da muestras extremas de querer cristalizar los poderes fácticos, que son siempre económicos, y mantener un eterno status quo. Un ejemplo digno de esto es la disputa por el litio, dado que el gobierno de Sebastián Piñera anunció la adjudicación de dos de las cinco cuotas licitadas antes de reunirse con el Congreso. Debido a esto, la sesión especial de esta semana en la Cámara Baja fracasó y la oposición amenazó con llevar el caso a Contraloría. El presidente recién electo pidió un entendimiento sobre la materia, pero el Ejecutivo hizo caso omiso. Finalmente, el poder es sordo y ciego, y a veces mudo.
Ya algunos/as académicos nos habíamos quejado duramente frente a la opinión pública sobre la licitación del Instituto del Litio (ITL) a un consorcio estadounidense de universidades ("ITL: Geopolítica del neocolonialismo y neoliberalismo", El Mercurio de Antofagasta, 10/01/2021). La discusión sobre un recurso natural de importancia geopolítica como el litio no sólo nos lleva a reclamarlo con una riqueza de todos/as como señaló la diputada Catalina Pérez, sino que el Presidente y su equipo asesor, no ve (o no quiere ver) la oportunidad de que nuestro país por fin juegue en la ´Premier League' internacional de tecnologías energéticas limpias (La Tercera, 30/11/2020), y no desde la banca y como dice el grupo argentino Bajofondo "en penales casi siempre mal chuteados" (Ya no duele, 2009).
Efectivamente se ha ido observando una paulatina decadencia de los grupos gobernantes que en su tiempo fueron poderosos, pero no por una pulverización económica, intelectual y cultural, sino más bien por un proceso de reemplazo que va dejando atrás a las elites decadentes (Fernando Thauby, 2017). Los poderes fácticos todavía ejercen el dominio, pero un nuevo gobierno debiera asegurarnos una 'República de la multitud' (Paolo Virno, 2003) en TEMAS PAÍS, y no convertirse como los anteriores gobiernos en un 'presidencialismo de minorías' (Gabriel Gaspar, webinar Escenario Internacional. Proyecciones 2022, 12/01/2022)).
"El estudio de las elites presenta una connotación negativa del rol de las masas, del pueblo, de la ciudadanía, pues se supone que son justamente las elites quienes defienden el orden político y el resto constituimos un peligro para la estabilidad del sistema".