Un nuevo sistema político para Chile
Convención constitucional empezará a analizar las distintas propuestas que buscan cambiar el estricto presidencialismo. "Si bien depositamos en quien elegimos las atribuciones para gobernar y velar por el bienestar del país, hoy se apuesta por hacer partícipe a la comunidad".
Uno de los puntos importantes que deben tratar los convencionales constituyentes es respecto al futuro sistema político de Chile. Pese a que la coincidencia está en cambiar lo que hoy conocemos, lo mismo que el Congreso, las propuestas marchan por caminos muy disímiles lo que augura una larga discusión y evaluación de lo que será mejor para el país.
Aunque con menos resonancia, las voces que apoyan un federalismo no se han acallado, hoy son menos aglutinadoras frente a otras que coinciden en un cambio, pero también creen en la inviabilidad de tener estados en el país, porque se aumentaría la desigualdad entre las distintas zonas del país, ya que ninguna de las fórmulas analizadas logra equilibrar las realidades económicas dispares.
Pero sí avanzan otras opciones con un presidencialismo atenuado y parlamento bicameral; presidencialismo reformado con dos cámaras pero con un senado territorial, con igualdad de representantes por región o contar con un "congreso plurinacional" con representación de todas las diversidades y escaños reservados de los pueblos originarios.
En fin son varias fórmulas, incluso algunas con la posibilidad de elegir vicepresidente o vicepresidenta en una escenario de paridad, pero lo cierto es que lo que hoy vivimos no seguirá y se apuesta por sistemas en que la sociedad civil encuentre espacios de fiscalización y participación. Y en esto último todo apunta que habrá facilidad para llegar a consensos.
La jornada del viernes venció el plazo para entregar iniciativas de normas y con ello se cierra una etapa pero de inmediato se inicia el análisis de lo propuesto, cambios, adaptaciones, incorporaciones y todo lo que pueda servir para lograr acuerdos y definir el cambio constitucional.
En las regiones se espera con ansias que se deje la actual estructura que por décadas, matices más o matices menos, ha tenido a un gobernante que tiene amplias libertades para ejecutar su proyecto de país, sin la necesidad de escuchar a los territorios. Y eso lleva a una confrontación porque no siempre lo que la autoridad presenta y quiere es lo mejor para las comunidades, que quedan de abrazos atados con la ejecución presidencial.
Si bien depositamos en quien elegimos las atribuciones para gobernar y velar por el bienestar del país, hoy se apuesta por hacer partícipe a la comunidad para que colabore, aporte y se sienta totalmente involucrada en el desarrollo del país.