Comercio ambulante en el centro de la ciudad crece sin control previo a Navidad
CIUDAD. La alta ocupación de espacios y hacinamiento de algunos sectores, han aumentado además las riñas entre comerciantes informales.
Las jornadas previas a Navidad evidencian en sectores céntricos de la ciudad de Antofagasta un sostenido aumento de comerciantes ambulantes, que buscan aprovechar las festividades de fin de año para comercializar sus mercancías.
Centenares de comerciantes informales mantienen a diario su expansión por diversos espacios públicos del casco histórico de la capital regional. Como ha ocurrido desde hace algunos meses, la concentración de ambulantes se registra en el paseo Manuel Antonio Matta, en un radio que abarca tres cuadras: Uribe, Maipú, Baquedano hasta el paseo Prat.
En este sector de la ciudad los centenares de toldos en los que se distribuyen principalmente los comerciantes informales, sumado a la alta concurrencia de público habitual en estas fechas, ha reducido al mínimo los espacios para el tránsito de peatones.
En esta zona de la ciudad se han registrado en las últimas semanas una serie de violentas riñas entre ambulantes, que se han difundido en redes sociales. Según comenta el residente ecuatoriano Rafael Arias (47), vendedor ambulante instalado en el sector de plaza Sotomayor, los altercados se han generado por la disputa de espacios. "Por eso mismo y para evitar problemas muchos madrugamos. Yo llego a las seis cada mañana. Otros duermen en sus mismos puestos para cuidar sus lugares", afirma.
"Según se comenta que después de las fiestas, en enero, nos van a sacar de acá (…) A algunos los inspectores les retiraron sus toldos hace unas semanas, pero no ha vuelto a ocurrir", agrega Arias, quien sostiene que inspectores municipales le han cursado multas por sobre los $40 mil.
La alta ocupación de espacios públicos por parte de ambulantes se extiende hoy incluso en la intersección de Manuel Antonio Matta con calle Maipú, y en la intersección de Prat con calles Condell y Sucre, entre otras. "Es trabajoso estar acá, no es como un local. Hay que cargar todos los días los bultos. Muchos duermen también en los puestos, porque viven lejos y es complicado traer y llevar la mercadería", comenta la residente peruana Esther Luz Vaca (46), quien coincide en que las peleas entre los ambulantes ocurren principalmente por la disputa de espacios
"No somos todos ambulantes los que estamos acá. Muchas tiendan han ubicado puestos fuera de sus locales", agrega. Según denunció el 30 de noviembre pasado Jonathan Velásquez, alcalde de Antofagasta, luego de un operativo de limpieza y retiro de toldos ocupados por ambulantes en el sector céntrico de la ciudad, una turba atacó de madrugada el municipio, con lanzamiento de pedradas y también bolsas con fecas.
En las últimas semanas Velásquez ha encabezado la recuperación de espacios públicos ocupados por ambulantes en sectores costeros de la ciudad.
Impacto en ciudad
Para Antonio Sánchez, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Antofagasta, en las jornadas previas a Navidad se ha intensificado la ocupación de espacios públicos por parte de ambulantes. Según Sánchez esta expansión ocurriría debido a las faltas de medidas de control en la zona céntrica de la ciudad. "Es un impacto tremendamente negativo para el comercio establecido, pero incluso más para la ciudad. El nivel al que se ha llegado con este comercio desenfrenado en toda la zona central, no solamente ha traído un detrimento al comerciante establecido, sino que ha deteriorado física y socialmente la ciudad. Por el nivel de delincuencia, el temor de la ciudadanía de acudir al centro es tremendo. Ha alejado a las personas del corazón de la ciudad por temor", afirma.
"Hoy en el centro es tal la cantidad de comerciantes ilegales que han llegado, que se están produciendo problemas ya no de carácter comercial, sino producto del hacinamiento en el que están. Porque para resolver un problema ellos no pueden acudir a la autoridad, debido a que están en una condición de ilegalidad. Por lo tanto, los problemas se resuelven con peleas, a golpes. Son problemas de convivencia que surgen al estar largas horas ahí, donde tienen que comer e incluso algunos hacer sus necesidades fisiológicas, también lamentablemente hay consumo de alcohol. Todos estos problemas terminan en estas peleas porque tampoco hay orden, no hay ley", agrega Sánchez.
Falta de opciones
Para Arias, residente ecuatoriano radicado hace siete años en el país, la falta de estudios imposibilita dedicarse a otra labor que no sea el comercio ambulante. "Por estas fechas estamos ubicados acá. Luego tendré que seguir vendiendo mis cinturones colgados del brazo no más (ya no bajo toldo) o en un pañito", afirma.
Mientras que Luz Vaca sostiene que ante la falta de opciones para contar con una guardería para su hija, en su condición de madre soltera, debe seguir en el comercio ambulante por la mayor flexibilidad. "Trabajo acá con mi hija. En los trabajos no te permiten eso, aunque estamos solo por esta temporada acá", comenta.
"Se comenta que después de las fiestas, en enero, nos van a sacar de acá (…) A algunos los inspectores les retiraron sus toldos hace unas semanas, pero no ha vuelto a ocurrir".
Rafael Arias, Comerciante ambulante