Correo
Sistema de Asistencia Sanitaria
En relación a la editorial publicada el domingo 5 de diciembre, sobre la inversión de $138.000 millones en infraestructura sanitaria en nuestra región en los próximos 3 años, la que sin duda resulta una gran noticia para los beneficiarios del sistema público de salud, quisiera destacar la trascendencia de contar con profesionales que puedan brindar la atención. El corazón de la asistencia sanitaria es el equipo de salud.
Para hablar de atención de calidad es preciso considerar ¿cuál sería el estándar en médic@s, enfermer@s, kinesiólog@s, sicólog@s y los demás profesionales, por habitantes en un territorio?.
Sólo como ejemplo, en relación a los países OCDE: médic@s 3,5 por mil habitantes v/s Chile 2,5 por mil habitantes; 8,8 enfermer@s por mil habitantes OCDE v/s Chile 2,7 por mil habitantes.
Los dos principales recintos hospitalarios de la región (uno de ellos además centro de referencia de la zona norte de Chile), tenían previo a la pandemia una dotación mínima de profesionales del área de la rehabilitación, considerados esenciales en el manejo de todo enfermo de mayor complejidad. Para hacer frente a la emergencia sanitaria fueron contratados a honorarios y ahora están prontos a terminar sus contratos a partir del 1 de enero 2022, por falta de recursos.
Simultáneamente, se informa desde el Minsal una disminución del presupuesto para el pago de sueldos de los profesionales de la red asistencial pública que se hará efectiva desde la misma fecha. Por la pandemia se han postergado atenciones, aumentando la brecha que teníamos previamente.
Como dichas atenciones deben ser realizadas para resolver los problemas de la población, los pacientes del seguro público se derivan a instituciones privadas de salud, transfiriendo incluso más recursos para esas prestaciones. Los mismos que no están disponibles para fortalecer nuestros hospitales.
Así se debilita la red pública de salud, desde su corazón.Es momento de definir lo que deseamos como sistema sanitario en Chile.
Dra. Pamela Schellman Presidenta Consejo Regional Antofagasta Colegio Médico de Chile A.G
Oportunidades para jóvenes
La realización de dos Pruebas de Transición (PDT) al año, a partir de 2022, es una buena noticia para los postulantes a las universidades. La ansiedad que genera esta prueba estandarizada repercute fuertemente en el bienestar de los estudiantes, produce tensión porque pone en riesgo su desempeño y aleja a muchos de la educación en todas las etapas de la vida que debiera ser parte de la experiencia y desarrollo de su proyecto de vida. Por eso, desde que esto fuera anunciado, hemos valorado la propuesta, pero también hemos esperado algunas acciones que vayan un poco más allá de lo estrictamente administrativo.
Está claro que esta medida no resolverá el fondo del problema educacional en Chile: la enorme brecha que produce la segregación y falta de equidad en la educación. Contrario a lo han sostenido algunos directivos universitarios en sendas columnas de opinión, la PDT continuará registrando la diferencia de calidad entre colegios privados y públicos, independiente que ésta se realice una, dos o más veces por año. En ese sentido, es el Estado quien debe asumir con decisión su deber de mejorar la calidad de la enseñanza básica y media de los establecimientos a su cargo, para terminar, de una vez por todas, con la segregación educacional. El tema no pasa por el cómo acceder a la educación superior, más bien tiene que ver con los cimientos que tendrán los y las jóvenes al ingresar a ella.
Los talentos están distribuidos en toda la comunidad, sin importar el segmento socioeconómico al que se pertenece. No hay excusa para postergar la tarea de permitir que ellos se desarrollen y fortalezcan desde la edad más temprana, sin diferencias basadas en la cuna
Rafael Rosell Aiquel Rector Universidad del Alba
Sistema de gobierno
Me impresiona ver que dentro de la Convención, los constituyentes del Frente Amplio son los únicos que apoyan la idea de un sistema parlamentario para la nueva Constitución. Al parecer este conglomerado está desconectado de la realidad nacional, ya que los partidos políticos son las instituciones más cuestionadas y con menor confianza en Chile, y el parlamentarismo que ellos proponen necesita esencialmente partidos fuertes.
Otro aspecto contraproducente es que dicho sistema reduce la participación de la ciudadanía en los procesos eleccionarios, algo que va en contra no solo de la historia política de Chile, sino que es totalmente opuesta a la mayor participación ciudadana que dicen promover. Veremos si esta idea es solo previa a las elecciones presidenciales o, en el caso de que Gabriel Boric sea electo Presidente, cambian de opinión como ya nos tienen acostumbrados.
Catalina Pérez Cruz