"Es mi legado": La historia de los jóvenes del taller de Artes de la Teletón
HISTORIAS. Chicos y chicas de todas las edades plasman su creatividad y talento en impresionantes trabajos.
"Tenemos artistas maravillosos", dice la profesora Alejandra Petrowitsch, en medio de una sala repleta de obras, que dan un aura a la habitación alegre y dinámica producto de los colores que componen estos trabajos realizados por los chicos que participan del taller de Arte de la Teletón en Antofagasta. Y durante esta mañana hay siete que se encuentran concentrados plasmando sus ideas en sus próximos proyectos, acompañados por familiares.
"Él se llama Santiago, y es un artista maravilloso. Le gusta el naranja, por eso la base de su árbol de Navidad será de ese color", dice Petrowitsch, quien está a cargo del taller. "Al Santi lo conocí el año pasado, en clases online. Al principio no me miraba, no me pescaba. Y después se transformó en un artista espectacular".
Frente a él, se encuentra Catalina Awad, una joven de 16 años que llegó con 10 a Antofagasta desde Teletón Valparaíso. Con sus pies se encuentra dando color a una pintura deconstruida del observatorio ALMA. "Yo soy de Valparaíso, y lo primero que hice cuando llegué fue viajar a San Pedro de Atacama, y me encantó el cielo nocturno. Me puse a investigar por parte de la escuela, y descubrí el observatorio. Es un lugar muy hermoso, y es el principal casi en el mundo. Es un lugar importante", explica.
Arte como herramienta
El taller lo componen chicos usuarios de la Teletón de diversas edades. Cada uno plasma sus ideas y talentos con técnicas que le gusten. Una de ellas es Larisa Cepeda, de 21 años, quien llegó al instituto con siete. Durante esta mañana de jueves, se encuentra trabajando en un retrato de la iglesia Corazón de María de la ciudad, la cual está dando color con pequeños pedazos de papel de diario.
La profesora Petrowitsch lleva en este instituto 15 años, luego de mudarse desde Santiago, donde trabajó otros 17 años en Teletón. "Es bonito. Este es mi taller, es mi familia, son mis niños. disfruto lo que hago, y me gusta de verdad en ayudar en todo lo que se pueda. El arte es una herramienta que sirve para muchas más cosas, y trato de qué así sea".
Añade que "acá pueden explorar distintas técnicas, distintas formas. Lo principal primero es que lo pasen bien. Que sea un espacio de esparcimiento. El desarrollo viene solo, porque se da cuando empiezan a trabajar y hacer cosas. El ambiente es muy cálido, afectivo. A muchos niños los conozco desde pequeño y ahora los veo grandotes, con tremendos logros".
y recalca: "Acá el fin no es para crear artistas. Acá se logran cosas maravillosas porque salen de ellos, pero no es el fin último. Es una herramienta de superación".
Una de las jóvenes que han logrado ir más allá gracias a sus obras es Marcela Capino (23 años), cuyos cuadros están compuestos por patrones de figuras y colores. Llegó a la Teletón en 2010, por su Trastorno del Espectro Autista (TEA), epilepsia y retraso cognitivo. Su hermana Daniela cuenta que en su casa nadie es artista, sus padres son doctores y ella fonoaudióloga. "Nadie sabe de arte. No sabemos hacer un círculo completo. Somos meros espectadores de ella", bromea. Por esto, se sorprendieron al ver que Marcela tenía sentido estético innato, luego de llegar al taller de artes.
Junto con Alejandra Petrowitsch empezaron a trabajar en este lado de Marcela. "La tía le dijo 'probemos otras cosas'. Probaron con colores. Fueron jugando las dos, y Marcela fue aprendiendo mucho. Hace cosas muy bonitas. Ella no tiene miedo y se atreve".
Actualmente, Marcela y su familia decidieron emprender con sus obras, llamado Marcela Capino Arte. Comenzaron en 2019 y hoy venden por medio de las redes sociales Instagram y Facebook.
Camila Silva también decidió emprender. Llegó en 1991 a Teletón, cuando tenía dos semanas de nacida. Allí empezó el tratamiento para su diagnóstico de distrofia muscular de Ullrich.
"A los 14 años tomé la decisión en enfocarme sólo en los estudios y dejar las terapias en segundo. Sólo iba a los controles médicos. Pero los 15 o 16 años, en un control médico, la doctora me dijo que se había abierto un taller de arte en Teletón, para que yo volviera a retomar mis terapias. Ella sabía que desde muy pequeña me gustaba dibujar", explica Camila.
Explica que su primera experiencia fue una exposición. "Me hizo realmente importante. Antes de eso, solía dibujar animé o diseños de vestuarios. Pero la profesora Alejandra Petrowitsch vio algo en mí, seguro potencial, y me tiró a los leones, por decirlo así. Me hizo observar un libro de fotografías de personas con cuerpos pintados y sus expresiones. Me lo llevé a casa y los estudié como si fuera para un examen de matemáticas".
Camila cuenta que decidió dar el salto de vender su arte luego de que se le dio la oportunidad de participar en un proyecto de Fosis para emprendedores en Teletón. "Al principio no tenía idea de qué sería mi emprendimiento. Sólo iba a participar. Al principio pensaba en trabajar en cuadros, pero conversando con la profe del taller sobre los campos artísticos, pensé en tazas. Sería algo nuevo para mí, un desafío más en el cual quería sí o sí tomar, aunque jamás había pintado sobre loza".
Así nació la tienda llamada Antü Mara. Camila cuenta muchas personas han comprado sus tazas para llevar de regalo a Santiago, pero también a Bolivia, Italia Suiza, Nueva Zelanda, Alemania y Colombia. Y dice: "Creo que he llegado bastante lejos, de lo que pudiera pensar. Y lo digo no tan sólo por los lugares, sino por las personas, ya que mi legado es el arte, y eso es lo que quiero dejar en la tierra. En la vida".