Ambulantes y una solución integral
Por mucho que haya una real necesidad de generar ingresos, esta actividad económica no debe afectar a la ciudadanía, ocupando por la fuerza el espacio público. Esta solución debería ser estricta respecto a la recuperación del espacio público del centro de la ciudad, pero a la vez debe tener presente la búsqueda de un lugar para reinstalar a los ambulantes que cumplan con los requisitos.
Es absolutamente entendible que ante los problemas económicos por los que pasa el mundo entero producto de la pandemia, aumente el comercio ambulante. No hay que ser economista para saberlo. Si hay desempleo las personas buscarán una forma de ganarse la vida y llevar comida al hogar. Pero las actividades económicas no deben generar problemas a los demás, y eso justamente está ocurriendo con el desbordado comercio ambulante en el centro de Antofagasta.
Comerciantes establecidos, que pagan sus patentes, impuestos y dan empleo formal, y los mismos transeúntes, están obligados a tolerar los toldos que se han apoderado del espacio público y que, ahora que Navidad ya se acerca, se siguen multiplicando y creciendo en tamaño.
Desde las autoridades no se ha logrado encontrar una solución. El último intento por requisar los toldos durante la noche de ayer, generó que un grupo de personas apedreara la Municipalidad de Antofagasta.
Y en medio del descontrol, existe un peligro real de que grupos mafiosos empiecen a cobrar por los espacios y a controlar la provisión de mercadería, tal como ya ocurre en el barrio Meiggs de Santiago según constató un reportaje de Chilevisión.
¿Qué hacer ante este problema? Primero, las autoridades deben estar unidas para generar una solución consensuada. Desde el municipio, a la Delegación Presidencial y la Gobernación Regional. Esta solución debería ser estricta respecto a la recuperación del espacio público del centro de la ciudad, pero a la vez debe tener presente la búsqueda de un lugar para reinstalar a los ambulantes que cumplan con los requisitos. Entre estos requisitos, no tener otros negocios y tener reales carencias socioeconómicas.
Pero el plan no debe terminar ahí. Para que sea una solución a largo plazo y no solo un parche, debe generarse una política de inclusión laboral en trabajos formales para los ambulantes. Si la reubicación no viene de la mano con esto, los toldos se instalarán una y otra vez, con todos los problemas de convivencia urbana que ya hemos visto.