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Familia debe convivir entre fecas y mal olor por invasión de colonia de patos yeco en su casa

COMUNIDAD. Un centenar de aves utiliza un árbol ubicado al interior de la vivienda para nidificar, afectando la calidad de vida de sus propietarios.
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Javiera Verástegui Montoya

En un problema comunitario se ha convertido la masiva presencia de patos Yeco en la capital regional. Estas aves marinas del grupo de las suliformes, se han tomado gran parte de los espacios comunes de la ciudad, incluyendo puertos, parques, e incluso domicilios particulares, generando molestias debido a sus fecas, que no solo transmiten enfermedades, sino que también dañan la flora y son fuente de malos olores.

Sonia Mendizábal, vive en calle Bellavista, en el sector centro norte de la ciudad, y ha tenido que lidiar por años con este problema al interior de su domicilio. Las aves se posan sobre una araucaria que está ubicada en su antejardín. El centenario árbol mide más de 20 metros de alto y está cubierto en su totalidad por las deposiciones de las aves, ensuciando constantemente su domicilio, e incluso los vehículos que se estacionan cerca de su vivienda. Además, sus grandes ramas permiten anidar a los patos yeco, quienes se asientan en el árbol, reproduciéndose continuamente.

"Hemos tenido muchos problemas, hemos visto caer patitos recién nacidos, las fecas que caen por todo el sector, y el olor se hace insoportable. Además del ruido que provocan estos pajaritos y no podemos hacer nada, por más que se limpia el antejardín al rato está inmundo, hasta con pescados chicos que no sé de dónde los sacan, están llegando las moscas y afuera está todo blanco de las heces que han botado. Nosotros como vivienda personal estamos sufriendo", indicó Sonia Mendizábal, dueña de la casa que hoy se encuentra en venta.

Si bien tanto la propietaria como los vecinos han recurrido a diversos organismos como la municipalidad y el Servicio Agrícola Ganadero, indican no haber tenido una solución hasta la fecha. Una idea propuesta es talar el árbol, sin embargo, esto fue rechazado por el municipio debido a que está en un domicilio particular, además al ser de la familia de las araucarias está declarado Monumento Natural, mediante el DS n.°43, del Ministerio de Agricultura; por ende, no puede ser talada, situación que ha retrasado aún más las soluciones.

"Desde la municipalidad no podían hacer nada porque esto está dentro de una vivienda, dentro de la propiedad es un trabajo particular. El año pasado también se hizo la consulta al SAG y nos pidieron ver cuántos patos había, una cosa muy rara en información, que lo único que se hizo fue dejar que pasara, ellos dijeron que no podían hacer nada hasta tener un informe de plagas", añadió Mendizábal.

Foco de infección

Cabe mencionar que las heces de ave, generan diversos problemas de salud en la población, transmitiendo enfermedades causadas por el su alto contenido de bacterias y hongos. Además, al secarse dicho excremento, estas bacterias pueden transportarse a las vías respiratorias, provocando infecciones en los pulmones. De igual forma, estas pueden transmitirse a los alimentos, siendo una fuente de infección.

Es importante mencionar que el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) tiene considerados a los patos yecos como una de las 26 especies dañinas ya que, por sus características ocasionan perjuicios a la actividad humana, o causan desequilibrios de consideración en los ecosistemas en donde habitan.

Por otro lado, este problema ha generado gran preocupación entre los vecinos del sector, quienes ven afectada su calidad de vida al convivir con estas aves, quienes exponen que el olor de estas heces es percibido a varias cuadras de distancia y concentran un gran foco infeccioso tanto para los habitantes como transeúntes.

"Los vecinos del sector evitamos pasar por aquí porque es un foco de infección. Incluso los autos que están estacionados también se están viendo afectados porque las fecas de los patos son muy corrosivas", comentó Cristina Garay, vecina barrio Bellavista.

Este problema ha involucrado además a edificios aledaños al domicilio, incluyendo a la central de comunicaciones del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, quienes también se han visto afectados por el mal olor y el ruido de las aves.

Otro organismo al cual acudieron fue CONAF, el cual sólo autoriza la corta de araucarias vivas, cuando ésta tenga por objeto llevar a cabo investigaciones científicas, la habilitación de terrenos para construcción de obras públicas, obras de defensa nacional o cuando sean consecuencia de plan de manejo forestal, por parte de organismos oficiales del Estado y cuyo exclusivo objeto sea el de conservar y mejorar la especie. En dichos casos esta autorización debe ser otorgada, por escrito, por el director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal.

Soluciones

Pese a la larga espera por soluciones, Carlos Guerra, director del Centro de Rescate de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta, indica que el retiro del dicho árbol es cuestionable, debido a que este se encuentra dentro de una ciudad, por lo cual no forma parte de alguna reserva natural ni tiene mayor importancia desde el punto de vista ecológico.

"Es un tema totalmente discutible, esto se ha dado otras veces, y los dueños del patio donde estaba el árbol lo cortaron, porque se demostró que no tenía incidencia, por ende, no es aplicable la protección de una araucaria que está en el patio de una casa en una ciudad, como lo es una que está protegida en un bosque nativo" indicó Guerra.

Por otro lado, respecto a los patos yeco, la fecha ideal para tomar medidas como la extracción de los mismos es desde junio, cuando están comenzando a anidar, en su periodo reproductivo, por ende, en esta fecha se dificultaría la extracción de los mismos.

Pese a lo anterior, Guerra indica que el Servicio Agrícola Ganadero permite el retiro de nidos, debido a que la especie pato yeco, en ciudades del norte como Antofagasta, ha sido declarado como una especie plaga, por lo tanto, la persona afectada debe notificar el estado y solicitar la remoción o las medidas a tomar.

"Hemos tenido muchos problemas, hemos visto caer patitos recién nacidos, las fecas que caen por todo el sector, y el olor se hace insoportable".

Sonia Mendizábal, Dueña de la casa afectada