Llegó a los 15 de Perú a vivir a un campamento y ahora se titulará de Física con mención en Astronomía
MIGRACIÓN. Wisthon Haro está en el último semestre de su carrera en la Universidad Católica del Norte y su paso siguiente es estudiar un doctorado.
En un momento, la familia de Wisthon Haro (21 años) llegó a bromear con que él era una visita durante los fines de semana. El joven peruano pasaba extensas jornadas de estudio en la Universidad Católica del Norte, donde actualmente cursa el último año de la carrera de Física con mención en Astronomía.
Su día comenzaba a las ocho de la mañana, y recién a las nueve de la noche llegaba a su casa, ubicada en el campamento Betsabé, en el sector alto de Antofagasta, y en donde vivía con su familia, compuesta por siete personas.
"Me pasaba en la universidad por gusto todo el día. Estar en la casa era mucha distracción. Mi familia es bastante silenciosa, pero los vecinos son los jodidos. Ponen música a todo volumen. Y como las paredes son de madera, todo el ruido se filtra", dice Wisthon. Añade que, si no estaba en clases, se encontraba estudiando en una sala de la universidad. "Me pasaba todo el día ahí. Hasta que pasara la última micro, como a las nueve de la noche", cuenta.
De Trujillo
"A las siete de la mañana tomaba micro acá, para ir al colegio", dice Wisthon, apuntando un lugar de avenida Alberto Hurtado, a la altura de la calle Lima. El joven estudió en el Liceo de Hombres, al que llegó en segundo medio, cuando tenía 15 años.
Antes de eso, él y su familia vivían en Trujillo, en el departamento La Libertad, en Perú. Su padre ya estaba en Antofagasta desde hace cinco años, por lo que probablemente era cosa de tiempo que toda su familia lo siguiera.
Primero vivieron en una casa en el centro, la cual arrendaban. Wisthon indica un lugar en la ciudad que en las alturas parece una maqueta. "Vivía por abajo, delante de ese edificio crema. Ahí había una casita", explica.
Al poco tiempo se cambiaron al campamento Betsabé. "La necesidad nos trajo acá. Creo que una conocida de mi mamá le dijo que había un terreno disponible. Después de que llegamos, tuvimos que construir la casa, hacerlo todo desde cero", explica.
¿Ayudaste a construirla?
- Sí. Uno tuvo que ponerse la ropa más viejita, porque siempre se rasgaba. Tuve que hacer de todo, desde armar tableros, hasta colocar el techo. También aplanar el suelo. Todo eso teníamos que hacer. En los inicios uno no tiene nada. Tenía que cargar agua, por problemas de relaciones con los otros dos campamentos que hay acá. Pero fue solo una época. Un mes, no más. Bueno, eso es lo que yo recuerdo.
En tercero medio, Wisthon empezó a pasar menos tiempo en su casa. Si no estaba en el liceo, se encontraba en un preuniversitario gratuito de la UCN, o también podía encontrarse en un programa de enlace de la misma casa de estudios, donde le enseñaban álgebra y cálculo, que se impartía los fines de semana.
"Salía a las ocho de la mañana y volvía a las 9, 10 de la noche", dice el joven. Y agrega: "El colegio se me hizo fácil. Mayormente el profesor dejaba tareas y yo lo terminaba ahí mismo en clases. Había trabajos largos, pero no era tanto, como lo que uno pasa en la universidad".
Doctorado
Para Wisthon no fue difícil escoger lo que quería estudiar en la universidad. Explica que sabía que era bueno con los números, y al momento de escoger la carrera, comenzó a barajar sus opciones, en las que estaba Geología (especialidad que uno de sus hermanos ya estudia), Física, y Licenciatura en Matemáticas. Finalmente decidió por la segunda opción. "Es más divertido", afirma.
"Yo quería que estudiara Medicina. Tenía el puntaje, pero no le gusta. Y si no le gusta, difícil. Tenía que seguir su vocación", dice Laly Moya, su madre.
Entrar no fue un problema. Pero el joven dice que "me sentí medio mal el primer día. Todos hablaban de los ramos difíciles. Cuántica, computación. Hablaban de programar. Un montón de cosas. En mi colegio, la física era solo enseñar fórmulas".
Sin embargo, empezó con el pie correcto. Su primera nota fue un 6,9 en Física. Aún así, la segunda fue un 3,2 en Álgebra. "Fue mi primer rojo, en toda mi vida", recalca. Y dice que "Me sentí mal, pero tenía compañeros que se sacaron 1,2. Podría haber sido peor. Al final pasé con un 4,2".
Actualmente, el joven cursa el cuarto año, a un semestre de titularse de la carrera que escogió siguiendo su vocación. Desea seguir un doctorado.
¿Qué te gusta de la Astronomía?
- La idea de solo estudiar las estrellas ya es, para mí, suficiente.
¿No te has echado algún ramo?
- Nunca.
Además, Haro hace un tiempo se independizó. Actualmente vive en una casa que está a pasos del campamento, bajando por la calle Lima. Y mientras estudia, trabaja en una cadena de comida rápida.
Su madre cuenta que "el sitio aquí es muy reducido. Y nosotros somos siete personas. No tenía un lugar específico para que él estudie. Siempre ha sido decidido. Uno siente pena de que se desapegan, pero está cerca".
Cuando salgas, ¿qué te gustaría hacer?
- Mi camino siempre ha sido seguir estudiando. Hacer el doctorado. Y cuando lleve el segundo, voy a estar, al menos, tranquilo.
¿Y dónde quieres hacerlo?
- Donde me lleve el viento.
"Mi camino siempre ha sido seguir estudiando. Hacer el doctorado. Y cuando lleve el segundo, voy a estar, al menos, tranquilo".