El abandono de las salitreras
Es prioritario ver fórmulas de entregar un mayor resguardo a algunas de estas exoficinas que están en ruinas y que son presa del vandalismo y el saqueo. Sus construcciones entrañan ese auge, pero también la difícil vida del calichero. Por ello, es doloroso ver que no haya respeto y menos resguardo por sitios de gran valor patrimonial.
El valor patrimonial de las salitreras es incalculable para los nortinos y para todo el país. Encierran parte de una historia reciente de esfuerzos, sacrificios y patriotismo de muchos chilenos que llegaron a estas desérticas tierras en busca de un mejor destino.
El auge del salitre permitió el primer gran despegue del país y por ello son incontables los asentamientos que se esparcieron desde Tarapacá hasta Antofagasta. Acá en nuestra región se podría contra en decenas el número de minas que trabajan prolongadas horas en la extracción del denominado oro blanco.
Hubo grandes construcciones algunas de ellas conservadas como Humberstone y Chacabuco, pero otras que no corrieron la misma suerte como Pampa Unión. Hoy solo podemos apreciar sus ruinas a la vera del camino entre Antofagasta y Calama. Y de esas ruinas cada vez vemos menos, porque al no existir resguardo están a disposición del vandalismo, el robo de las cotizadas vigas de pino Oregón y el saqueo de sus cementerios.
Sus construcciones entrañan ese auge, pero también la difícil vida del calichero. Por ello, es doloroso ver que no haya respeto y menos resguardo por sitios que pudieron ser albergues y lugares de trabajo de nuestros propios abuelos.
Estar en esas ruinas es revivir esos momentos históricos de mucho trabajo y de la obligada diversión para soportar los extenuantes turnos laborales. Esa etapa histórica se huele y no es difícil transportarse en el tiempo e intentar vivir esa época.
El salitre fue fundamental para el crecimiento del país y los lugares que albergaron a esos trabajadores debieran estar a resguardo. Protegidos del vandalismo, restaurados y parte de un circuito que permita conocer su historia.
Y no como ocurre hoy. Pero no está todo perdido. Aún se pueden realizar proyectos que le den valor a las exoficinas salitreras, se explique de los asentamientos, se su auge y su caída. Repasar la historia siempre es recomendable y más si se hace "in situ".
La importancia del salitre y quienes lo trabajaron merecen ser recordados de otro modo por las futuras generaciones. Esta mezcla de nitratos fue el primer pilar en la economía chilena y así debe recordarse, junto a los miles de trabajadores que entregaron horas de trabajo y hasta su vida en estas zonas inhóspitas.