Respuesta humanitaria a la crisis humanitaria
El gobierno anunció una serie de medidas destinadas a brindar asistencia a los extranjeros que ingresan al país sin cumplir las leyes migratorias. En lo inmediato está la asistencia y vigilancia para que las familias de migrantes irregulares no sean presa de inescrupulosos o pernocten sin las condiciones mínimas .
Fue la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, quien en su visita a la región acuñó la frase que muchos esperaban en el sentido que "a las crisis humanitarias hay que darles respuestas humanitarias". Esto no deja de reconocer que muchos de los últimos extranjeros que pisan suelo nacional lo hacen por lugares no habilitados y sin la documentación obligatoria.
En su mayoría se trata de ciudadanos venezolanos que abandonaron n su país para buscar nuevos horizontes en países vecinos. A Chile llegan principalmente para reunirse con familiares que ya están instalados y que protagonizaron la primera ola migratoria.
Esta condición de refugiados es la que se debe entender y sobre esa base plantear las soluciones que permitan ordenar los ingresos irregulares, otorgar asistencia y procurar que en determinado momento los que decidan permanecer en el país puedan regularizar su permanencia.
Aplicando estos criterios se evitarían los problemas de convivencia que se generaron hace un par de semanas, cuando hubo una molestia ciudadana por la ocupación de espacios públicos por migrantes en Iquique.
Por ello, lo informado recientemente por los ministros de Interior y Desarrollo Social está bien encaminado, porque se aplica un criterio humanitario. Se abren residencias transitorias, se les brinda atención médica y alimentación, además de proporcionarle movilización hacia la zona centro-sur en los casos de reunir a familiares.
Los secretarios de Estado coordinaron las tareas con los distintos alcaldes de la Región los que estaban preocupados por los ingresos irregulares, los problemas sanitarios y de convivencia que pudieran ocasionarse y que ya se empezaban a hacer patentes en algunas comunas, pero todas sometidas a un grado similar de estrés.
Es positivo avanzar en ese sentido, pero a sabiendas que no todos los que ingresaron podrán permanecer en el país si no logran acreditar que cuentan con una red de apoyo y que se sumarán al engranaje productivo del país.
En lo inmediato está la asistencia y vigilancia para que las familias de migrantes irregulares no sean presa de inescrupulosos o pernocten sin las condiciones mínimas de salubridad. Son pasos que permitirán ordenar una situación que parecía desbordarse.