Correo
Alcalde
Ya, transcurrido un par de meses ejerciendo como alcalde de la comuna. El señor Jonathan Velásquez, cada día que pasa, está mostrando con mayor claridad a la ciudadanía, lo siguiente:
1.- Absoluta negación para recibir y atender en su despacho, asuntos a exponer, por las personas concurrentes, y cero visitas en terreno para tratar temas como el caso de los recicladores de La Chimba.
2.- Nula información a la comunidad de su trabajo y/o gestión a través de los medios de comunicación oficiales y formales de la ciudad.
3.- Indiferencia y omisión ante la emergencia generada en el terminal de buses. En donde, los apiñados inmigrantes, independientemente de la forma de ingreso al país, efectúan sus necesidades fisiológicas en la calle. Ni tan siquiera, ha dispuesto de algunos WC y/o baños químicos en el lugar. Racionalidad elemental bajo criterio sanitario y humano.
4.- El situarse al interior de una burbuja computacional, ejerciendo atípicamente el trabajo municipal. Está conllevando, a la decepción de quienes lo eligieron. Y además, a despejar las dudas de quienes vieron en él, a una persona carente de competencia, capacidad y profesionalismo para administrar nuestra comuna, cercana ya, a los 500.000 habitantes.
Manggio Diazzi
Derecho a la vida
Se está discutiendo en el Congreso la despenalización del aborto y, la verdad, es que da lo mismo si se hace a las 14 semanas o menos. En el fondo, se trata de interrumpir una vida. Y no puedo dejar de pensar en el doble estándar de algunas personas.
Desde hace más de un año que empezó la pandemia y hemos lamentado la pérdida de vidas humanas a causa del covid-19, entre ellos niños y niñas. No obstante, sin ningún escrúpulo o cuestionamiento, nuestros parlamentarios "discuten" sobre el derecho a la vida del que está por nacer. El derecho a vivir está consagrado en nuestra legislación y Constitución, y más allá de que un grupo de constituyentes la quieran cambiar, hoy es una Constitución vigente.
Reconozco que la maternidad en algunos casos y para algunas mujeres se hace difícil y angustiante, pero como sociedad debemos apoyar y dar acompañamiento a estas madres para que la crianza fluya en armonía.
Por otro lado, también se requiere educación para nuestra juventud y el entendimiento de que la sexualidad plena, no necesariamente va acompañada de la maternidad o paternidad. Por otro lado, ninguna mujer que aborta lo hace sin secuelas psicológicas y un cuestionamiento posterior, algo que en el ejercicio de mi profesión ha sido tema y motivo de muchas depresiones.
Debemos tener espacios de conversación y acompañamiento, pero la discusión sobre el derecho a la vida del que está por nacer hace mucho tiempo que quedó zanjada. Hoy no cabe más que rechazar enfáticamente la destrucción de la vida de inocentes que no pueden defenderse.
María Ester Munnier
Trato humanitario
Nuestro territorio, a pesar de ser una larga y angosta franja de tierra, tiene suficiente espacio. Si bien la caridad empieza por casa, esa caridad la podemos compartir de una forma justa y ordenada con quien ven en nuestro país la posibilidad de trabajar y tener una vida digna. Lo único exigible es respetar nuestras leyes y ser un aporte.
Los lamentables incidentes ocurridos en Iquique nos deben hacer reflexionar y ser más empáticos con una situación que por el momento creemos nos perjudica, pero que a largo plazo nos puede entregar la satisfacción de haber sido parte de una acción humanitaria.
La zona norte es ideal para construir lugares habitables y dignos sin necesidad de perjudicar a quienes ya están establecidos. La pampa nortina ha sido testigo del florecimiento y auge de pueblos y ciudades.
Entonces, ¿por qué no podría ser factible poner en marcha una iniciativa que favorezca a chilenos que viven en campamentos y a migrantes que quieren ser parte de nuestra sociedad?
Jorge Valenzuela Araya
Condena sin ambages
Los hechos ocurridos en Iquique en contra de familias migrantes son repudiables y condenables en su totalidad. Sin embargo, me sorprende ver que grupos políticos critiquen con vehemencia estos actos, pero ante otros no han hecho más que guardar silencio.
No dijeron nada en contra de las familias y trabajadores afectados por los daños ocurridos desde las manifestaciones del 18 de octubre, tampoco lo hicieron con los trabajadores que han sido víctimas de ataques incendiarios en La Araucanía y mucho menos con las familias que han perdido a un ser querido por estos ataques.
La violencia se debe reprochar siempre, pero para estos sectores, parece que solo cuando les conviene.
Martina Claro