Brasil: manifestación contra Bolsonaro pide su destitución
POLÍTICA. Los movimientos de centro-derecha que lograron el "impeachment" contra Rousseff ahora apoyan un juicio político contra Bolsonaro.
La destitución del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se convirtió en la principal bandera de las protestas realizadas ayer en Sao Paulo y diversas ciudades del país, en una semana de tensiones políticas y tan solo cinco días después de las masivas manifestaciones encabezadas por el mandatario.
La marcha realizada en la última jornada fue convocada por los movimientos de centro y derecha que en 2016 movilizaron a millones de personas en todo Brasil para presionar por la apertura de un juicio político con miras a la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) brasileño.
Cinco años después, los promotores de la protesta -el Movimiento Brasil Libre (MBL) y Vem Pra Rua- piden ahora a las autoridades la apertura de otro "impeachment", esta vez contra Bolsonaro, con el lema "ni Lula ni Bolsonaro".
Esa decisión corresponde al presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, pero hasta el momento el político no ha dado luz verde a ninguno de las decenas de pedidos que han sido enviados al Congreso.
Crisis institucional
No obstante, la presión contra el jefe de Estado aumentó la semana pasada, después de encabezar el 7 de septiembre, Día de la Independencia de Brasil, las manifestaciones convocadas por la ultraderecha y en las que muchos de sus seguidores exigieron una "intervención militar" y la "disolución" del Congreso y la Corte Suprema.
Bolsonaro colmó los ánimos del máximo tribunal al amenazar al presidente del Supremo, Luiz Fux, diciendo que "debe poner en su sitio" al magistrado Alexandre de Moraes, que ha fallado en contra de activistas de Bolsonaro principalmente por difusión de noticias falsas, o "ese poder puede sufrir lo que no queremos".
Además, llamó a que "todos los presos políticos sean puestos en libertad" y dijo que "la paciencia" del "pueblo ya se agotó", según el diario Folha de Sao Paulo.
"Quiero decirles a los canallas que nunca me arrestarán", dijo el presidente. "No se puede admitir que una persona, un solo hombre, nuble nuestra libertad", dijo, nuevamente en referencia a De Moraes.
Las amenazas tuvieron respuesta de Fux, quien aseguró que "si el desprecio a las decisiones judiciales ocurre por iniciativa del jefe de algún poder, esta actitud, además de representar un atentado a la democracia, configura un crimen de responsabilidad, a ser analizado por el Congreso".
Tras lo ocurrido, Bolsonaro se vio obligado a publicar una "Carta a la Nación", en la que instó a la "armonía" y garantizó que "nunca" pretendió "agredir" ni al Supremo ni al parlamento, en un intento por relajar la crisis institucional que él mismo alentó.
Baja convocatoria
Las protestas de ayer, sin embargo, tuvieron notoriamente menos adhesión que las convocadas por la ultraderecha de Bolsonaro, debido, en parte, a la división de la oposición.
Políticos de derecha e izquierda participaron en la marcha, pero no contó con el apoyo del Partido de los Trabajadores del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, principal rival político de Bolsonaro y contra quien también se deslizaron críticas en la protesta.
"Quien es demócrata en Brasil tiene que entender que el 'impeachment' es la única salida para protegernos del deslinde grave y violento que Bolsonaro está planeando", afirmó el excandidato presidencial Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT) y quien abogó por la "unidad" de todas las fuerzas contra Bolsonaro.