Bernardo Toloza y el Padre Le Paige
Bernardo Toloza Cataldo era un antropólogo por afición o vocación, que se fue perfeccionando en su contacto permanente con arqueólogos, académicos y artistas. Conservo una modesta pero enjundiosa publicación casi mimeografiada, una verdadera joya, de recopilación de los "Cantos y Leyendas Regionales" (Antofagasta,1967) prologada por Alfredo Matus, Académico de la U. del Norte, hoy miembro de la Academia de la Lengua. La publicación de Bernardo esta ilustrada con dibujos a pluma de Pedro Miranda, uno de los primeros alumnos de la Academia de Bellas Artes de la Universidad del Norte, que posteriormente fue diseñador del Canal 3 y luego escenógrafo del Festival de Viña.
Recién llegado a Antofagasta, Bernardo acompaña los Padres Jesuitas a dejar alimentos donados por "Jesús Caritas" a Huatacondo, un viaje de dos días, pasando previamente por Quillagua, que en aquellos años era un vergel, donde residía Bernardo atendiendo la Posta del pueblo,.
En el viaje conducía el Padre Alfonso Salas Valdés, viajaba además el Padre Le Paige y Bernardo, que se quedaría en el poblado, haciendo de practicante. Sólo llegamos hasta la Quebrada de Tamentica, hacia Huatacondo aún no existía camino. El viaje amerita otra Linterna donde quede muy especificada la condición de asesor de Bernardo en la tarea arqueológica de Le Paige.
Posteriormente lo vimos trabajando con Ingeborg Lindbergh y Agustín Llagostera en el montaje del Museo Histórico de la Universidad del Norte, en calle Prat. De igual modo. trabajando con Ingeborg, que además pintaba, en el Plan Cordillera, recuperando el uso de los antiguos telares y los tejidos ancestrales atacameños. También, Bernardo trabajando junto al escultor Luis Araneda en transformar la piedra liparita de Toconao, de su uso utilitario, en la proyección del imaginario del hombre y la mujer andina.
Al final, Bernardo fue víctima de un accidente automovilístico en la carretera que lo tuvo al borde de la muerte, la última vez que lo vi, le habían recuperado el rostro, pero ya no era el mismo.
Bernardo Toloza fue un personaje singular en aquellos años de descubrimientos estéticos y esperanzas siempre renovadas en un hombre nuevo. Fue un nortino de raíces profundas que se extendían hacia los 4 puntos cardinales.
Waldo Valenzuela Maturana