Nuevo horario del toque de queda
El comercio y rubro gastronómico esperaban con ansias el recorte en el horario de aislamiento nocturno para reactivar sus negocios. Sin duda, se avanza en el sentido que una población golpeada espera se resuelva, pero que requerirá de los últimos esfuerzos en el autocuidado para no retroceder a situaciones vividas en junio del año pasado.
El sábado se conoció la esperada noticia que la Región de Antofagasta había logrado completar el 80% de vacunación con el esquema completo de la población objetivo. Esta meta junto con ayudar en el control de la pandemia por coronavirus, otorga nuevas libertades a sus habitantes y una de las más esperadas era el retraso en el inicio del toque de queda, el que pasará de las 22 a las 00 horas.
Quizás mucho se habían percatado que el tránsito vehicular y peatonal no decaía totalmente en el también llamado aislamiento nocturno. No obstante, el comercio no podía soslayar esa restricción, principalmente los del rubro gastronómico que debían anticipar el ingreso de clientes para que pudieran ser atendidos en los horarios estipulados.
A partir de mañana, con el arranque del toque de queda a la medianoche es posible lograr una mayor reactivación de ese rubro y otros ligados al comercio. Con ello ayudar a los sectores golpeados con ferocidad por la pandemia, que soportaron cierre obligados, que debieron incursionar en la modalidad de delivery, a veces sin mucho éxito, y que con el avance de fase hoy reabren sus puertas con terrazas y espacios interiores para la atención de quienes completaron el esquema de vacunación.
La reactivación ha sido lenta, pero hoy ven desde otra perspectiva el proceso de adaptación a las nuevas condiciones propias de la exigencia sanitaria. Les falta personal, porque muchos de sus trabajadores migraron a sus propios emprendimientos o a la informalidad para subsistir, pero están conscientes que requieren del doble de esfuerzo para levantar sus negocios y sostener su inversión.
Aunque es prematuro decirlo, poco a poco se está retomando la ansiada normalidad. De modo distinto, porque la mascarilla seguirá por otras semanas. Lo mismo con el distanciamiento social, el lavado de manos, el uso de alcohol gel, las mediciones de temperatura y una de las que más cuesta asimilar respecto a los aforos.
Sin duda, se avanza en el sentido que una población golpeada espera se resuelva, pero que requerirá de los últimos esfuerzos en el autocuidado para no retroceder a situaciones vividas en junio del año pasado donde se vivieron episodios caóticos.