Los grandes festejos pueden esperar
La posibilidad de organizar actividades de Fiestas Patrias, como antes de la pandemia, fue desechada por las autoridades, quienes están conscientes de que aún no es el momento. La cordura hace nuestro actuar más consciente y por ello que los grandes festejos hayan quedado para el futuro y dependiendo de las condiciones sanitarias.
La sostenida baja en los indicadores de contagios covid-19 llevó a nuestra región a un desconfinamiento casi total. Son sólo dos pequeñas comunas que aún mantienen restricciones de movilidad, pero que no representan ni el 5% de la población total, lo que significa que el grueso de los habitantes puede desplazarse libremente y reunirse en grupos con aforos un poco más amplios.
Estas libertades llevaron a muchos a pensar en la idea que si la tendencia a la baja continuaba y los contagios eran cada vez más escasos, se podía analizar la posibilidad de retomar la celebración de las Fiestas Patrias como antes de la pandemia. Con fondas, ramadas, juegos criollos y eventos conmemorativos.
Los impulsores de estas ideas, planteaban que el escenario era propicio para empezar a retomar las actividades normales previas a la pandemia. Manifestaban que se podía aplicar respetando algunas medidas covid como la cantidad de personas en espacios cerrados y abiertos. A su juicio, era necesario ir retomando la cotidianidad previa a la crisis sanitaria.
A nivel nacional, y luego de los análisis, fueron muy pocos municipios que lograron consenso para definir un programa de festividades similar a la de años sin covid-19. La mayoría optó por la cautela y recoger las señales enviadas por el Ministerio de Salud que indicaban que ante la llegada de nuevas variantes y la reapertura de las fronteras lo más aconsejable era seguir con restricciones y evitar los encuentros masivos.
Aún hay un entendible temor entre las autoridades por la agresividad del contagio. La secuela de muertes y hospitalizados graves es muy reciente y condiciona las decisiones. Nadie quiere arriesgar a sus vecinos a posibles contagios que nos regresen a un escenario tan desolador como el vivido el segundo semestre del año pasado.
La cordura hace nuestro actuar más consciente y por ello que los grandes festejos hayan quedado para el futuro y dependiendo de las condiciones sanitarias. En Chile ya se conoce de cuatro focos comunitarios con la variante delta que es mucho más contagiosa y más agresiva en los síntomas. Por ello, se debe mantener la prudencia.
Aún nos falta para dejar la mascarilla, abrazarnos y celebrar en grande. Paciencia es lo que se debe cultivar.