Desalojan a familia venezolana que levantó un refugio frente al mall
OPERATIVO. Programa coordinado por parte de la Delegación Presidencial y el municipio revisará situación de migrantes que viven en la calle. Familia desalojada entregó su testimonio.
La familia de Simón Freites, 19 años, está integrada por cinco personas: dos niñas, una de tres años y la otra de seis años; una mujer y un hombre, ambos de 23 años, y él. Hace tres meses cruzaron la frontera por un paso irregular, cerca de Colchane, dijo Freites, un moreno de pelo ensortijado.
Siguieron extensas caminatas de 12 horas, por el desierto, hacia Iquique. Después vino el procedimiento en la PDI, para dejar un registro de su presencia en Chile. A Antofagasta llegaron hace una semana. Podrían haber pasado desapercibidos, pero armaron una suerte de refugio con lo que hallaron, entre maderas y frazadas, en el bandejón central, frente al costado sur del Mall Plaza Antofagasta. También pusieron una especie de cierre perimetral con tablas.
La frágil vivienda provocó revuelo entre transeúntes, automovilistas y especialmente en las redes sociales. Se temió que el sector se transformara en una suerte de campamento, como sucede en Iquique, con la Plaza Brasil.
A mediodía de ayer las autoridades se hicieron presentes en el lugar, acompañadas de personal de Carabineros y la PDI. De esta manera, la familia de Simón Freitas fue desalojada y enviada a un albergue. "Ni siquiera nos han realizado un test sicológico, condición que debe considerarse para enviar a alguien a un albergue", afirmó el joven, mientras sus pertenencias eran lanzadas a un camión municipal.
Dijo que si bien en Chile hay muchas posibilidades de trabajo, deben contar con la documentación necesaria para ocupar esos puestos laborales. "Maduro no nos quiere dar la documentación a sus connacionales para detener el éxodo migratorio más grande de Sudamérica. Por esta razón no podemos trabajar como quisiéramos hacerlo", sostuvo.
Recuperación
A un metros del desalojo, el director de Seguridad el municipio, Luis Fres Soto, manifestó que es entendible el drama humano de la inmigración. "Estas personas recibirán la asesoría de la municipalidad y los servicios gubernamentales para ubicarse. No vamos a dejar a estas personas solas, pero también queremos que los antofagastinos disfruten de estas áreas verdes, con árboles, que son pocos en el desierto. Por lo tanto, este lugar debemos cuidarlos y recuperarlo", afirmó.
Respecto al arribo de otros inmigrantes venezolanos provenientes de Iquique, Fres Soto dijo que se desarrollará un trabajo permanente con el propósito de reaccionar a estas situaciones. "En la medida que nosotros estemos presente, se recuperarán los espacios públicos para la ciudadanía", afirmó.
Nalto Espinoza, gestor provincial y jefe del Departamento de Seguridad Pública de la Delegación Presidencial, redondeó que el propósito del operativo fue recuperar un lugar público para los antofagastinos, y ayudar a ellos con la entrega de información a personas en situación de calle, sobre las posibilidades que tienen de recibir apoyo. "No es sacar a esta familia, si no que orientarla para que sepan a qué atenerse", dijo.
Espinoza aclaró que este operativo específico se enmarca en un programa de trabajo para la recuperación de espacios públicos, que contempla a otros sectores, como el Parque Croacia o la Avenida Brasil, entre otros. "Con la municipalidad tenemos reuniones de programación. Durante la semana entregaremos información para que las personas sepan cuales son las ofertas de ayuda. Luego se llevarán a cabo las labores de limpieza", afirmó.
Niños
Una imagen sensible de la inmigración de venezolanos en Antofagasta, es la presencia de niños, quienes pasan parte del día en la calle, en compañía de adultos que piden ayuda económica o venden golosinas.
Simón Freites dijo que pedir plata con niños no es algo ideal. "Pero una familia que está vendiendo chupetes para sobrevivir, lo considero justificable, porque nos prohiben la práctica laboral. Entonces, una manera de mantener a tu familia cuando ni siquiera se tiene un lugar donde vivir, es que todos vendan golosinas. Aquí si no se trabaja, no se come. Es una situación de supervivencia extrema, a pesar que recibimos ayuda de organizaciones humanitarias", afirmó el venezolano, oriundo de Maracay.
En esta línea, Nalto Espinoza dijo que en la planificación con la municipalidad, se buscará ejercer la ayuda y control del comercio ambulante, personas en situación de calle y el uso de los niños para pedir limosna. "Queremos informarles de la ayuda que el gobierno tiene. No podemos obligarlos a que la acepten, porque es voluntaria", aseveró.
"Maduro no nos quiere dar la documentación a sus connacionales para detener el éxodo migratorio más grande de Sudamérica".
Simón Freites, migrante venezolano