Correo
Ley Ricarte Soto
Recientemente, el Ministerio de Hacienda, mediante la Dirección de Presupuestos, informó a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados que no hay más recursos disponibles para ejecutar el quinto decreto de la Ley Ricarte Soto con nuevas incorporaciones de medicamentos. Vemos cómo la posibilidad de acceso a la salud y el derecho a la protección de la salud, consagrado en nuestra Constitución, se ve negado.
Hoy, con más fuerza, las agrupaciones de pacientes alzamos la voz, ya que esta ley no ha cumplido con los principios básicos de universalidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Ley N° 20.850 solo contempla actualmente terapias que benefician a un número limitado de pacientes de diferentes diagnósticos, por lo que es imperioso el ingreso de nuevas tecnologías, dando cobertura universal a pacientes con todos los tratamientos aprobados en nuestro país por el Instituto de Salud Pública.
El hecho de que no se mantenga ni aumente la inversión en tecnologías sanitarias en el quinto decreto de la Ley Ricarte Soto nos hará dar un paso atrás en lo que se ha logrado hasta ahora.
Los pacientes no podemos esperar. ¡Que la lucha y muerte de Don Ricarte Soto no haya sido en vano!
Asoc. Chilena de Hipertensión Pulmonar, Asoc. Chilena de Agrupaciones Oncológicas, Agrupación Lupus Chile, Fundación Mieloma Múltiple, Fundación Chilena Enfermedades Lisosomales, GIST Chile Cánceres gastrointestinales, Porfiria Chile, Fundación ChileHS: Hidradenitis supurativa y Corporación SOS Salud Chile
Trabajo
El estallido social, adormecido hoy por el coronavirus, se ha querido atacar con bonos. Craso error. Es un arma de doble filo que a la larga será inoperante y estallará con graves consecuencias.
Entiéndase de una vez por todas: solo generar trabajo y más trabajo es la solución. Dejémosle la mala política a aquellos que solo les interesa llenarse los bolsillos con el dinero ajeno.
Renato Norero V.
Violencia
Según el filósofo Jorge Millas, el tema de la violencia reclama ser examinado de raíz. Su urgencia no proviene del carácter violento de nuestro tiempo, sino de la manera en que la violencia tiende a ser pensada. Para Millas, "cuando impugnamos la violencia no hacemos un acto de valoración abstracta". El valor negativo de esta recae, más bien, en un complejo de conductas y relaciones humanas donde no solo cuenta la fuerza, sino también los fines perseguidos.
La violencia no es simplemente la fuerza, sino un modo de aplicarla. Se trata del empleo de esta sin apelación para las víctimas y sin normas de responsabilidad para los victimarios.
La gran advertencia del pensador recae en que cuando la violencia aparece como lo que es, no dudamos en ponerla en su lugar. El verdadero problema surge cuando la inteligencia humana la fortalece con sus recursos y encubre su apariencia con modos intelectuales o espirituales de justificación y disimulo.
En síntesis, la violencia es uno de los principales enemigos de la libertad y dignidad de las personas. Debe ser dejada de lado tanto por nuestras autoridades como por todos los ciudadanos frente a los procesos que el país afrontará en los próximos meses e incluso años.
Martín Durán F
Tráfico de armas
Hace bastante tiempo que la discusión pública se encamina al tráfico de armas que se está dando en Chile. El hallazgo de fusiles automáticos en Iquique, el gran poder de fuego que poseen asociaciones ilícitas en la Araucanía y los arsenales que están en manos de narcotraficantes parecen ser objeto solo de condenas y querellas contra quienes resulten responsables de estos graves delitos.
Frente a esto, muchos actores hoy promueven restringir al máximo posible a los civiles, honestos y respetuosos de la ley, la adquisición y tenencia de armas bajo el pretexto que gran parte del armamento que poseen los delincuentes proviene de robos a hogares cuyos miembros poseen armas para su defensa personal. Pero tal argumento es erróneo por dos motivos: el primero es que la ley no permite la comercialización de armamento automático ni de grandes calibres, por ello los chilenos no tienen cómo adquirirlos; en segundo lugar, el solo hecho que exista tráfico de armas en la frontera demuestra que prohibir la adquisición y tenencia de armas, regulada por ley, no tendría el efecto esperado.
Las medidas que se adopten deben ser en miras de desarmar a los delincuentes y no a los chilenos que temen por su integridad y la de sus familias.
Agustín Soto Fundación para el Progreso