Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Clasificados
  • Servicios
  • Deportes
  • Espectáculos

COVID-19 y la reivindicación de la interdisciplina

E-mail Compartir

No es sólo el sector sanitario lo que nos guiará a través del COVID-19 y más allá, sino también la integración de las percepciones económicas, ambientales, psicológicas, sociológicas y políticas.

La emergencia sanitaria en curso adquiere significados diversos dependiendo de quién la observa. Para los virólogos el COVID-19 es una enfermedad contagiosa producida por el SARS-CoV-2, para los médicos es un cuadro respiratorio infeccioso que causa estragos en los pacientes. Los inmunólogos se interesan por el estímulo de este patógeno al sistema inmunológico, en cambio, los epidemiólogos ven una enfermedad viral que se propaga en la población por mecanismos particulares. Para los antropólogos y sociólogos es un problema multifacético al que se enfrentan personas particulares, que viven en condiciones sociales y materiales específicas, y los economistas ven una amenaza que afecta la producción de recursos. Las diferentes disciplinas proponen diferentes paradigmas, y cada una de ellas se nutre del trabajo de las demás. Una buena interdisciplinariedad no es simplemente una cuestión de lograr la completitud, sino que requiere prestar atención a las diversas preocupaciones e incorporar la negociación receptiva de sus posibilidades de colaboración y las tensiones entre ellas. No es sólo el sector sanitario lo que nos guiará a través del COVID-19 y más allá, sino también la integración de las percepciones económicas, ambientales, psicológicas, sociológicas y políticas. La investigación interdisciplinaria ya ha proporcionado una visión amplia de las desigualdades en salud, los estigmas sociales de las enfermedades, los desafíos religiosos y espirituales de las pandemias y sus efectos en los hábitats naturales. Y aunque COVID-19 afecta principalmente al pulmón, sus efectos multiorgánicos requieren un enfoque interdisciplinario con prácticamente todas las ramas de la medicina interna. Para los sobrevivientes de un cuadro grave, haber derrotado al virus es el inicio de un camino de recuperación inexplorado, que depende de la extensión y gravedad del compromiso en diferentes órganos. Con estudios prospectivos que recién se inician, aún tenemos que comprender cómo avanza esta enfermedad y qué consecuencias podrían tener los sobrevivientes. Es de suma importancia que se establezcan servicios de seguimiento integral después del alta, identificar necesidades clínicas específicas y diseñar planes de atención integral e individualizados, en los que deberán participar médicos, kinesiólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales, entre otros profesionales. La interdisciplinariedad, para que valga la pena, no es una cuestión de adición, sino de negociación. Aquí radica una tarea para nosotros, los académicos. Haríamos bien en abordar las complejidades de estos conflictos, manteniendo conversaciones interdisciplinarias, reconociendo que colaborar requiere elaborar compromisos y analizar cómo y dónde se pueden acomodar objetivos divergentes.

Decana Facultad de Ciencias de la Salud U. San Sebastián

Rommy von Bernhardi M.

"

China y la "realpolitik"

E-mail Compartir

Para nadie es un misterio las tensiones que existen entre Occidente y Asia, principalmente con China, y los retos a los que se enfrenta cualquier intento de armonizar los intereses económicos y políticos entre ambos bloques. Indudablemente, la actual pandemia no ha hecho otra cosa que llevar la situación a un punto de inflexión en la geopolítica global, tal como lo propuso Samuel Huntington en el libro "El choque de civilizaciones" de 1996. Ésta es ahora una realidad que afectará al comercio, los productos básicos y los mercados financieros de manera dramática e impredecible, y por cierto a la política internacional.

El problema hoy es mucho más complicada que en los años noventa. La tecnología ha avanzado y en el 2021 debemos agregar factores adicionales que contribuyen al entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo en el que vivimos actualmente: la inteligencia artificial y el "big data", la guerra cibernética y el espionaje, el cambio climático, los populismos, y por cierto las implicancias del coronavirus. Frente a estas nuevas amenazas, las estructuras y modelos existentes de estrategia política, de riesgo económico y de inversión, son claramente insuficientes para hacer frente a los desafíos implícitos en un mundo cada vez más difícil y digitalizado.

Pues bien, China ha vuelto a crecer con fuerza y es probable que se acerque nuevamente a tasas del 10% anual. Esto produce todo tipo de resquemores y resentimientos en Occidente, principalmente cuando se considera que existe un sistema capitalista debilitado, en el sentido de que no se tiene un enfoque o estrategia unificadora frente al modelo chino de socialismo - muy propio y singular -, el cual mantiene una clara visión estratégica de gobierno alternativo, agresivo, expansivo. Se culpa a China de muchos de los males que afligen al modelo occidental, mientras el gigante asiático continúa inconmovible con su planificación de largo plazo. No es de extrañar que los líderes empresariales occidentales se vean atrapados en la encrucijada de estas dos ideologías en conflicto.

Beijing está muy consciente de que las multinacionales occidentales desean a toda costa beneficiarse del mayor mercado de consumo creciente del mundo, que, a diferencia de la India, ya cuenta con una infraestructura de primera clase. Las empresas de servicios financieros occidentales están desesperadas por aprovechar el enorme potencial de los mercados de capital de China. Entonces, ¿por qué iban a resistir la presión ejercida discretamente, o incluso de forma bastante abierta, para cumplir con los requisitos chinos? El mensaje es claro: si quieren estar realmente en nuestro mercado, entonces deberán seguir nuestras reglas y criterios, incluso cuando parezcan directamente opuestos a las nociones ideológicas y premisas éticas occidentales de gobernanza, derechos individuales y democracia. Para Chile, esta disyuntiva ya desapareció varias décadas atrás, siendo China nuestro principal socio comercial en la actualidad, y probablemente estratégico en el futuro.

Economista Universidad de Columbia

"

josé miguel serrano

Se culpa a China de muchos de los males que afligen al modelo occidental, mientras el gigante asiático continúa inconmovible con su planificación de largo plazo.

"