Precios de las bencinas en la región
El bolsillo de los antofagastinos ha sido golpeado con 34 alzas consecutivas. Se dice que bajar el impuesto específico no fomentará políticas medioambientales. Ciertamente se necesitan acciones para tener un mejor medioambiente, pero también reales alternativas para dejar de usar los vehículos que usan combustibles. Se necesitan acciones como reducir la cantidad de vehículos que usan combustibles para ayudar al medioambiente, pero cuando se trata de familias los cambios deben ser graduales. Los vehículos eléctricos hoy no están al alcance de la mano.
Varias comunas de la Región de Antofagasta han sufrido los efectos del alza de los combustibles y la de 97 octanos es la que ya superó la barrera de los $1.000. La molestia de la ciudadanía ha sido evidente dado que cada cierto tiempo estos incrementos se dan en las ciudades, las que en 2020 y producto de la pandemia habían descansado un tiempo de este fenómeno.
El debate por el impuesto específico está en el tapete con dos posturas: una es ayudar a los bolsillos de las personas con una baja y otra en que, por el contrario, debería seguir subiendo para fomentar políticas medioambientales.
Se trata de posturas que lamentablemente son antagónicas y que motivan una elección que no se debiera dar, dado que debería ser posible avanzar por ambas veredas.
En lo primordial podemos decir que el tener un vehículo no es por lujo, sino que una necesidad. Son fundamentales para la vida diaria de las personas, lo que se hace más evidente en las comunas pequeñas que no tienen buenas alternativas de transporte público. La notable reducción de microbuses circulando más el gasto por andar en colectivo no es una buena fórmula para las familias.
Los automóviles eléctricos más bien son una realidad a largo plazo, dada su baja producción y altos costos, por lo que hoy no es una real opción.
De esta manera, las bicicletas deberían ser las que crezcan en este sentido. Ir al trabajo o otros sitios es perfectamente compatible con este medio de transporte y en la capital regional hay un interesante circuito de ciclovías que permiten aquello, lo que de paso fomenta la vida sana. Sin embargo, no cumple todas las tareas como por ejemplo ir al supermercado.
Es muy cierto que medioambientalmente se necesitan acciones como reducir la cantidad de vehículos que usan combustibles, pero cuando se trata de las familias los cambios tienen que ser graduales. El subir el impuesto conllevará a que regiones como Arica y Parinacota, Antofagasta o Atacama tengan precios más caros dado que están más alejadas del centro del país, lo que además conlleva alzas de precios en productos vinculados a transporte. Solo se justificaría cuando vehículos eléctricos estén al alcance de las personas y es allí donde se deben fomentar fuertes políticas públicas.