Falta de acuerdos en la oposición
Las fuerzas emergentes, respaldadas en las urnas, quisieron imponer sus términos provocando un quiebre y el fin de lo que pudo ser una inédita primaria en el sector. "La centroizquierda nuevamente irá dividida a una elección presidencial que les puede costar caro, pero también serviría para saber si el poder de las fuerzas emergentes es sólido."
El ambiente previo era tenso. Con más dudas que certezas, producto de tibios acercamientos entre representantes de la centroizquierda. Rumores de pasillo anticipaban que habría cambios y que más de alguna precandidatura se bajaría a minutos del acuerdo final de primarias en los partidos de oposición.
Al final, la sangre llegó al río y se hizo público el quiebre de esta nueva coalición, de amplio espectro en la izquierda, que quería transformarse en un referente con miras a la próxima elección presidencial. Las ilusiones de convertirse en un megabloque se desvanecieron en la puerta del Servel, cuando se conoció que no había acuerdos, además de vetos y exigencias desbordadas.
Es que el mapa político cambió tras la megaelección del 15 y 16 de mayo. Allí el Frente Amplio y el Partido Comunista resultaron fortalecidos gracias al apoyo en las urnas. En contra parte la Democracia Cristiana y el PPD, sufrieron sendas derrotas electorales
Esa adhesión les entregó la convicción suficiente para que sectores de la izquierda más radicalizada intentarán reglamentar las primarias presidenciales. Enviando mensajes sobre quiénes debieran ser los precandidatos en la DC para que pudieran participar en la primaria. Por ningún motivo aceptarían a Ximena Rincón, pero sí estaban dispuestos a competir con la actual presidenta del Senado Yasna Provoste.
Poco y nada querían saber del PPD y también tenían sus dudas con Paula Narváez del PS, a quien terminaron por vetarla.
Allí fue el fin de la historia de este fallido intento por erigirse en el conglomerado que desbancaría del poder a la centroderecha.
El corolario, los partidos del Frente Amplio y el PC inscribieron sus primarias. Paula Narváez seguirá en carrera lo mismo que el radical Carlos Maldonado, Yasna Provoste desechó la posibilidad y Heraldo Muñoz (PPD) se sumó a la campaña de la precandidata PS.
Con ello la centroizquierda nuevamente irá dividida a una elección presidencial que les puede costar caro, pero también podría servir para conocer si el poder de convocatoria de las fuerzas emergentes es sólido.