Mas agua para la región
"Una nueva oportunidad para el desarrollo local ". Carlos Tarragó, Gerente de Proa
Sin duda alguna que Antofagasta nació como una región de oportunidades, asociadas a sus generosos recursos naturales y continuará siéndolo. Ayer fue el guano, la plata y el salitre. Luego, el cobre, hasta la actualidad, que ha sido una fortaleza económica insustituible. Después emerge el litio y sus múltiples aplicaciones. Ahora estamos en pleno desarrollo de energías renovables. Mañana nos sorprenderá el nitrógeno verde y pasado mañana una nueva fuente de abastecimiento de agua vendrá a potenciar aún más nuestras expectativas.
Con relación al agua, sin duda que la zona presenta actualmente un escenario complicado, en cuanto a otorgar garantía de abastecimiento para futuras necesidades humanas, mineras, industriales y otras.
Lo anterior, representa un problema fundamental de abordar y solucionar, si se pretende proyectar una región sin carencias de elementos imprescindibles para sustentar proyectos necesarios para un desarrollo regional sostenible.
Al respecto, he participado en un par de presentaciones virtuales, del nuevo proyecto de desalinización de agua de mar, mediante osmosis inversa, que instalará en la región, la Compañía Regional Aguas Marítimas S.A., CRAMSA.
El citado proyecto, estará ubicado en el sector de Caleta Bolfin, a 25 km al sur de Antofagasta, con una capacidad inicial de operación de 4.000 lts/seg, ampliable a 8.000 lts/seg y una inversión estimada de US $ 4.000 millones. Contará con plantas potabilizadoras, estanques de almacenamiento y las correspondientes redes de agua potable y alcantarillado.
El proyecto considera una red de acueductos que transportará el agua desalada hacia el área de concesión sanitaria, a la cual entregará servicios de agua potable y saneamiento. Esta área estará formada por tres sectores : en el norte de Antofagasta, el barrio industrial La Negra y alrededor de Calama. Además, consulta construir plantas para el tratamiento, disposición y reutilización de las aguas residuales de los sectores mencionados.
El inicio de la construcción está previsto para el primer semestre de 2023 y el comienzo de las operaciones para mediados de 2025. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA), se ingresaría durante el presente año.
Estimo que la ejecución del señalado proyecto, destrabará una serie de iniciativas productivas que, por falta de agua, no se han podido llevar adelante. En especial, miro con optimismo y convencimiento, la posibilidad de que se pueda desarrollar una agricultura tecnificada masiva en nuestro desierto, la cual beneficiará a la región, evitando la dependencia de abastecimiento de una serie de productos que provienen de otras zonas, a precios elevados. En otras latitudes, con similares condiciones climáticas que las nuestras existen verdaderos vergeles. ¿Por qué nosotros no podemos aspirar a algo similar?