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Argentina restringe vuelos desde Chile y el ingreso de turistas por pasos terrestres

PANDEMIA. En el caso de nuestro país y otras cuatro naciones, se busca reducir 30% la cantidad de vuelos. Argentina prorrogó la emergencia sanitaria.
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El Gobierno argentino decidió restringir a partir de hoy los vuelos desde Chile y otros seis países de Latinoamérica, además de Estados Unidos y Europa, para prevenir el ingreso de nuevas variantes del coronavirus a ese país. También prohibirá el ingreso de turistas extranjeros por pasos terrestres.

Según la Casa Rosada, la recomendación es reducir en 30% la cantidad de vuelos con Chile, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú. Desde Brasil, México y Europa, la restricción será de 20%; y con EE.UU., de 10%.

La ministra de Salud, la Dirección Nacional de Migraciones y la Administración Nacional de Aviación Civil tendrán la potestad para determinar el cronograma y la cantidad máxima de pasajeros que podrán ingresar al país desde esos destinos.

Los viajes al exterior se realizarán exclusivamente a través del aeropuerto internacional de Ezeiza o desde San Fernando, situado a menos de una hora de Ezeiza. Para pisar suelo argentino, los viajeros deberán contar con un "servicio de salud del viajero covid" para la cobertura médica e informar los lugares donde estuvieron los últimos 14 días previos al ingreso al país.

Los argentinos y residentes que deseen ingresar deberán presentar un test de PCR negativo y hacer una cuarentena obligatoria de siete días. También se suspende el ingreso de turistas extranjeros provenientes de países limítrofes. Se permitirá que entren sólo a través de pasos terrestres los argentinos y residentes que salieron del país antes del 25 de diciembre. Quienes salieron después sólo podrán reingresar por los aeropuertos, siempre teniendo un PCR negativo y cumpliendo una cuarentena de siete días.

Emergencia sanitaria

Argentina prorrogó hasta el 31 de diciembre próximo la emergencia sanitaria que decretó hace un año para enfrentar el covid-19 y que conlleva medidas para evitar contagios y prevenir el desabastecimiento de productos sanitarios básicos.

Entre otros aspectos, la resolución detalla el tipo de aislamiento que deberán cumplir -hasta tanto se realice el diagnóstico confirmatorio- quienes revisten la condición de "casos sospechosos" y de 10 días los "confirmados", desde el inicio de síntomas o del diagnóstico en casos asintomáticos. Por su parte, quienes sean "contactos estrechos" de casos confirmados deberán cumplir 14 días de aislamiento con la posibilidad de reducirlo a 10.

Obesidad, alcoholismo y trastornos del sueño: las amenazas que trajo consigo la pandemia

EFECTOS. Estudios recientes muestran que el estrés acumulado tras un año de encierros y restricciones, está generando trastornos y cambios de hábitos altamente riesgosos para la salud.
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Con algunas semanas de diferencia, el mundo acaba de cumplir un año conviviendo con el covid-19. A punta de ensayo y error, los sistemas sanitarios de los países han intentado sortear las distintas olas de contagios y ahora los gobiernos apuestan por la titánica tarea de vacunar a la mayor parte posible de su población.

Pero, en paralelo, las autoridades de salud buscan enfrentar la otra pandemia que amenaza el bienestar de la población: el daño a la salud mental, ya sea por los prolongados confinamientos o bien por la incertidumbre que el virus cierne en casi todos los planos de nuestra vida.

Aunque todavía la evidencia científica es limitada, los expertos coinciden en que el estrés es una de las consecuencias más generalizadas, que puede derivar en otras enfermedades o alteraciones, como aumento de peso, mayor consumo de alcohol y trastornos del sueño.

Así lo plantea un estudio de la Asociación de Psicología de Estados Unidos (APA, en inglés), realizado en febrero en base a una encuesta aplicada a más de tres mil adultos en ese país.

"La encuesta Stress in America revela una crisis de salud pandémica secundaria; padres, trabajadores esenciales y comunidades de color son más propensos a experimentar consecuencias de salud física y mental", dice la investigación.

Según el sondeo, un 31% de los consultados afirma que su salud mental ha empeorado y ese porcentaje es mayor en los grupos que han sufrido más el estrés creado por una situación fuera de lo normal.

Los efectos

En un país donde la obesidad es un problema de salud pública, el 61% dijo que cambió de peso, siendo más los que engordaron que los que adelgazaron. El promedio fue de 6,81 kilos, pero un 42% subió 13 kilos y un 10% lo hizo en casi 23 kilos.

Estos cambios de peso "conllevan importantes riesgos para la salud, incluida una mayor vulnerabilidad a enfermedades graves", dice la APA en su estudio.

En cuanto al consumo de bebidas alcohólicas la encuesta reveló una importante alza, ya que el 23% reconoció haber bebido más alcohol para hacer frente al estrés. Al mismo tiempo, el dormir adecuadamente se hizo más difícil: el 67% dijo estar durmiendo más o menos de lo deseado.

Grupos vulnerables

Así como en otros problemas sociales, las consecuencias del estrés afectan con mayor fuerza a ciertos grupos, como los hispanos, los afroamericanos, los padres con hijos menores de edad y los trabajadores esenciales.

Un 78 % de los hispanos encuestados experimentó cambios en el sueño, más que los afroamericanos (76 %) y los blancos (63 %). Lo mismo pasa con los cambios de peso: 71% hispanos, 64% afroamericanos y 58% blancos.

El subdirector ejecutivo de APA, Jaime Díaz-Granados, explicó a Efe que en el caso de los hispanos, el hecho de que muchos no tengan el inglés como primer idioma es un factor determinante para que sufran más. "Tienen un círculo de soporte más pequeño que otros grupos por ese motivo", señala el especialista.

Respecto a las familias, un 47% de las madres que tienen niños con clases online dicen que su salud mental ha empeorado y el 30% de los padres coinciden. El 55% de los hombres con hijos dijo haber ganado más peso del deseado y el 48% reconoció haber tomado más alcohol de lo habitual para lidiar con el estrés.

Además, la encuesta reveló que la mayoría de los trabajadores esenciales (54 %), como los funcionarios de la salud, han adquirido hábitos poco saludables. El 29% aseguró que su salud mental ha empeorado, mientras que el 75% afirmó que podrían haber necesitado más apoyo emocional del que recibieron.

El estudio de APA es una radiografía reciente para un fenómeno cuyo alcance aún es desconocido. Díaz-Granados cree que el estrés del coronavirus podría durar años, sin que exista claridad sobre los efectos a largo plazo en la salud mental de las personas.

Los chilenos se sienten agobiados

En nuestro país también se están desarrollando estudios para medir el impacto del coronavirus en la salud mental. En agosto del año pasado el "Termómetro de la Salud Mental en Chile" elaborado por la UC y la AChS reveló que el 54,8% de los chilenos se siente más agobiado que lo habitual. De acuerdo al sondeo, el 49,4% de las personas considera que su estado de ánimo es peor o mucho peor que antes de la pandemia y el 48,9% declara que las preocupaciones le han hecho perder sueño más que de costumbre.