¿En este rincooon!
Lo recuerdo claramente. Fue en un Torneo de los Barrios, por allá por los sesenta. El "ciego" Rojas anunciaba los rivales de un combate en el peso pluma. Allí estaba un delgadísimo Manuel "Palomilla" Corvalán. El "chino" Bugueño -desde el rincón del cuadrilátero- le guiñó un ojo a mi padre. Estaba implícito el "Ahora te quiero ver". El novicio mostró sus virtudes y su mayor debilidad: no tenía pegada.
Así y todo, "Palomilla" obtuvo el cetro. Y no se quitó los guantes hasta el domingo, en que la artera parca lo derrotó por K.O. Tras una larga trayectoria como aficionado, decidió hacer del pugilismo su profesión y se introdujo en ese mundo de golpes y esquives, pagando un alto precio: el desprendimiento de la retina de su ojo derecho lo obligó a dejar el encordado y la ciudad de Antofagasta unió esfuerzos para costear su recuperación.
Pero los horizontes lo llamaban. Se hizo tripulante de naves mercantes y se las endilgó por los puertos del Orbe. ¡Con qué tremendo caudal de andanzas y aventuras regresó! Llegó a dominar algunas expresiones e hilvanar frases en inglés y griego. Con algún dinero en sus bolsillos, se hizo armador. Tuvo un falucho pesquero, pero la suerte le fue esquiva y pronto debió abandonar las faenas en el mar… El encordado lo llamaba… El gong sonó en sus oídos para indicarle que ahora comenzaba un nuevo desafío.
Y allí estaba y estuvo. Hizo del "Fortín" un taller. Incesante y constante. Dirigiendo, animando, enseñando. El deporte de los puños precisa de un corazón dispuesto a sobreponerse a la dureza de los golpes. A levantarse para vencer. A dar vuelta una pelea. A dejar el dolor en la casa y soportar virilmente los puñetes del adversario. Manuel "Palomilla" Corvalán supo hacerlo y obtuvo su mejor victoria: el reconocimiento y el cariño de "sus peleadores".
Pero, un enemigo invisible lo volteó… Esta vez el nocáut es y será eterno. La parca ganó el último round. Manuel "Palomilla" Corvalán vivirá en la memoria de este Norte que conoció de sus proezas, sus locuras y su tremendo amor al pugilismo.
¡Ándate tranquilo, "Palomilla"…, tu tarea estuvo bien hecha…!