Un momento crítico
Es de esperar que las autoridades entiendan que su primera misión es salvar vidas, lo que lograremos mejor evitando los contagios, no ampliando la cifra de camas. Evitar problemas mayores o derechamente una catástrofe depende de nosotros, de las personas. Superar este instante es absolutamente fundamental, urgente y obligatorio para evitar una tragedia.
Ya son 2.808 los casos registrados en la Región de Antofagasta en apenas una semana, a lo que sumamos una decena de víctimas fatales, producto de esta segunda ola de contagiados de coronavirus. Un proceso que tiene un momento distinguible y fundamental: las fiestas de Navidad y año nuevo, donde observamos un completo relajo de la población local.
La situación es crítica y preocupante, por las tasas exhibidas y porque si esto no es controlado, evidentemente puede terminar colapsando nuestra red sanitaria que hace rato vive momentos muy estresantes, con una ocupación de camas severa y traslados de pacientes a otras regiones, en una lucha enorme por salvar vidas.
Los efectos en lo económico son evidentes: cierre de negocios, dificultades para trabajar, aumento de ollas comunes.
El presente es dramático, no es exagerado sostenerlo a la luz de los resultados. Durante los últimos días el coronavirus ha demostrado una enorme capacidad de contagio, algo que muchas personas no han entendido del todo. Lo inquietante de lo anterior es que son las vidas humanas las que están en riesgo debido a la indolencia y falta de empatía de muchas personas que no entienden el esfuerzo que muchos hacen para sobrevivir a esta pandemia.
Es cierto que la autoridad es muy responsable de decisiones difíciles de entender, como los permisos de vacaciones, entre otras, sin embargo la responsabilidad individual es la primera barrera de contención para evitar problemas. El sentido común es el que debe aplicarse. El hecho de que existan autorizaciones para salir, no significa que deban tomarse a todo evento; el hecho de que no encontremos un policía, no implica que cada uno puede hacer lo que estime conveniente.
La responsabilidad individual es el cambio de conducta que hará la diferencia, es la decisión más potente, no la suma de más leyes o reglamentos, que siendo importantes, quedan en nada si las personas no las cumplen.
Muy lamentablemente la autoridad deberá insistir en ello, más si los indicadores continúan empeorando, porque el objetivo principal es cuidar la vida.
Evitar problemas mayores o derechamente una catástrofe depende nosotros, superar este instante es absolutamente fundamental, urgente obligatorio.